Cuarenta años, casi cuarenta años en el vagón de cola. La región europea que lo tenía todo para ir en cabeza lleva soportando malos indicadores económicos y sociales sin un atisbo de leve enfado por parte de los andaluces. Cuarenta años, donde una misma fuerza política consiguió identificar sus siglas con las de la Junta de Andalucía, y lo más sorprendente, logró que los andaluces vivieran adormecidos y conformes con su situación. Situación que nos relegaba siempre a los mismos puestos en las series españolas; el vago o el gracioso.
Tras un año de gobierno de cambio, los indicadores andaluces comienzan a mejorar de forma exponencial. Nos convertimos, por primera vez en la historia, en ejemplo de creación de empleo, inversión extranjera y exportaciones. Los andaluces nos sentimos orgullosos de los logros de nuestra tierra. Quizás me vuelvo pesada en Madrid cuando hablo de estos resultados sin parar, pero es que han sido demasiados años los que mirábamos con envidia insana el crecimiento de otras regiones españolas mientras Andalucía descendía y descendía.
Pues es en este preciso momento, en el que la confianza y la estabilidad de un gobierno dialogante y de consenso, un gobierno que aprueba sus segundos presupuestos por delante de cualquier otra comunidad, con la aceptación de mas 700 enmiendas de todos los grupos políticos, cuando el Gobierno central intenta sabotear estos avances. El presupuesto aprobado para el 20 dedica su grueso a Educación, Sanidad y Asuntos Sociales, las supuestas tres joyas de la corona, que lo que fueron el gran fraude del gobierno socialista en Andalucía, y que ahora hay que salvar antes de que nuestros magníficos médicos y entregados profesores se cansen de aguantar el barco.
Pues si, en este mismo momento, en los que 1 de cada 3 parados que se incorporan al mercado laboral en España son andaluces, el gobierno de Sánchez, de forma unilateral confisca nuestras cuentas para impedir que obtengamos financiación, para arreglar el desastre de gestión recibida. La ministra en funciones Montero, exconsejera de nuestra Hacienda regional, se reprobó a si misma con esta acción. En su etapa andaluza, el Gobierno andaluz salió a mercados y obtuvo en el 2018, 342 millones de euros de financiación. El gobierno del cambio en su recién estrenado año, ha conseguido 600 millones, y la previsión para el 2020 era duplicar esta cantidad. Mientras que los mercados ven a Andalucía como un mercado solvente y seguro, el Gobierno de Sánchez congela nuestras cuentas para intentar volver a la Andalucía socialista, la Andalucía del paro y la inestabilidad, con el injusto argumento de incumplimiento de gestión de su propia ministra.
Pero no sólo es esto. El ataque viene por varios frentes. La no devolución del IVA, que iba directo a mejorar la Sanidad y la Educación, la eliminación de transferencias para los centros MENA, el corte del trasvase del Segura que dejará sin agua a Almería o la eliminación de los túneles de la SE-40, tal y como nos acaba de anunciar Ábalos ministro en funciones, en funciones para lo que le interesa, con su eliminación de 400 millones, que irán directos a pagar a sus nuevos socios de gobierno. Nada se ha vuelto a escuchar de los miles de millones que Susana Díaz le reclamaba al gobierno de Rajoy por la injusta financiación autonómica de Zapatero, que no apoyamos los populares.
Lo tienen todo planeado, cómo conseguir que Andalucía no ascienda el vuelo, pero con lo que no cuentan es que el gobierno del cambio ha demostrado que se puede gobernar de otra forma, por el bien de nuestra tierra. Unos logros conseguidos gracias al esfuerzo de todos, funcionarios, ciudadanos y gobierno. Los andaluces hemos despertado y no permitiremos que otros rompan el bienestar merecido que comienza a tener nuestra tierra. Sea por Andalucía Libre, España y la Humanidad.