Vox se la juega. La euforia por el resultado electoral cosechado por la formación de Santiago Abascal en Cádiz el 10N ha dejado paso a una tensión mal disimulada por los recelos existentes entre los actuales dirigentes del Comité Ejecutivo Provincial y los primeros espadas del partido a solo unos meses de afrontar un proceso de primarias. De la deriva que tomen estas fricciones depende, en gran medida, que Vox consolide su éxito y pueda aspirar o no a convertirse en alternativa real también tanto en unos comicios autonómicos como, sobre todo, en las próximas elecciones locales, tras el fracaso en mayo.
Esta crisis territorial tiene su origen cuando la dirección nacional decidió que Agustín Rosety encabezara en abril, contra todo pronóstico, la lista al Congreso de los Diputados por Cádiz, en detrimento de Manuel González, vicepresidente de Vox en la provincia, y nombró a Ana Ros, ex militante del PP y experta en márketing y redes sociales, responsable de campaña. El hasta este jueves coordinador del partido en San Fernando, Carlos Zambrano, se unió al tándem. Y a los tres les imputaron el insuficiente resultado, muy por debajo de las expectativas que manejaba el Comité Ejecutivo Provincial. Sin embargo, de cara al 10N, la dirección nacional reforzó el papel de Rosety por su trabajo en la Cámara Baja durante la legislatura exprés, y de Zambrano, al que situó de número dos de la lista del general. Ros fue ratificada igualmente en su puesto y, una vez más, Manuel González vio frustradas sus aspiraciones, situado como único candidato al Senado sin muchas opciones. Vox superó con creces las mejores previsiones con un segundo puesto, por delante del PP, con 21.800 votos más que seis meses antes.
La clave estuvo en una campaña impecable. En la línea de las directrices marcadas por la dirección nacional, Vox, a las órdenes de Ros, desplegó una calculada estrategia que, apoyada en una fluida relación con los medios de comunicación y en una política de proximidad con los vecinos hasta en la localidad más pequeña de la provincia, dio sus frutos. Ahora la formación quiere seguir en esta vía. El objetivo marcado por Madrid es profesionalizar las labores de comunicación y mantener el control de organización y seguridad para reforzar la marca y los mensajes, al margen de la actividad del Comité Ejecutivo Provincial. No es un fenómeno propio de Cádiz. Así funciona el partido en toda España.
En este contexto, se ha puesto en marcha un proceso de renovación en las estructuras locales que, pese a estar consensuado con la dirección nacional, no está exento de polémica, sin embargo. Siguen los desencuentros. El caso de Zambrano, sustituido en San Fernando, ha generado malestar entre la militancia. Cádiz capital precisa de buena mano tras el paso caótico de Ana Peral. Jerez estalló en mayo. Y en La Línea aún colea la polémica por la destitución de su coordinador, José Romo, por pedir perdón por las declaraciones por parte de su formación que “incitan al odio” respecto a Gibraltar.
Fuentes próximas a la dirección nacional han restado importancia a todas estas cuestiones y señalan que Vox cuenta en la provincia con más de 2.700 afiliados y 130.000 electores a los que les preocupa el futuro de España y no cualquier polémica interna. En este sentido, han dejado claro que Vox no va a tener barones locales y, de cara a las primarias provinciales, lo tienen claro: lo deseable es que haya más de un candidato porque es signo de buena salud. La participación, aseguran, garantiza integración.
La campaña fue clave
Vox superó los mejores pronósticos en las pasadas elecciones del 10N. Si las encuestas lo situaban tercero en la provincia, la campaña sirvió para que los de Santiago Abascal movilizaran a los abstencionistas, más de 32.200, de forma masiva y acabaran segundos, con 20.000 votos más que el PP. De acuerdo al análisis realizado por la empresa SW Demoscopia para Publicaciones del Sur y publicado en estas páginas el pasado 23 de noviembre, Vox arrebató 13.815 votos a Ciudadanos, pero también consiguió rascar al PP unos 9.000 electores y hasta al PSOE, con unas 3.152 papeletas trasvasadas. Según el estudio, Vox es ligeramente más popular en Cádiz entre las mujeres (50,6%) y votantes de 35 y 54 años (32,3%), trabajadores por cuenta ajena (60,4%) y con estudios universitarios completados (33,2%).