Antonio Rivas es uno de los carnavaleros más reconocidos y con mayor recorrido en el Carnaval de Cádiz. Con más de cincuenta agrupaciones a sus espaldas y multitud de primeros premios, en esta edición de 2020 aparcó la autoría en los grupos para ser presidente del jurado de las categorías de infantiles y juveniles.
¿Cómo ha ido la primera experiencia como presidente del jurado de la cantera?
Bien, yo quería rodearme de un equipo de gente que hubiera salido para que en cierto modo les doliera lo mismo que nos ha dolido siempre cuando nos ha juzgado gente y han valorado, o no han valorado bien, nuestro trabajo por lo que creemos cada uno, porque esto es muy subjetivo. Yo quería gente que hubiera salido siempre en el carnaval y que hubieran sido juzgados alguna vez. En la primera reunión en la que estuve les dije que verían que ninguno eran amigos míos de primera línea, sino que eran todos conocidos del carnaval porque porque quería, a su vez, que cuando vieran a los componentes, que hoy en día muchos son hijos de gente con las que hemos compartido las tablas, no vieran que eran los hijos sino simplemente chavales que se presentan a un concurso. En cuanto a los hombres quise que fueran Antifaces de Oro, con lo cual ya tienen una dedicación extensa a esto de la fiesta, y en cuanto a las mujeres quise tener la paridad absoluta: cuatro hombres y cuatro mujeres. De todos los componentes del jurado, seis tocan instrumentos, que es también importante para valorar las afinaciones y los engarces.
¿Motiva a los niños que el jurado se componga de carnavaleros con tanta experiencia?
Yo propuse solo la candidatura a jurado sólo a infantiles y juveniles porque tengo mucha vinculación con Julio Pardo y no sería ético que yo estuviera ahí puntuando a Pepito Martínez o Manolín Gálvez, con los que he tenido mucha relación. Desde el 82 que saqué una juvenil no he vuelto a sacar y sí quería rodearme de gente así porque el año pasado Luis Rivero puso muy alto el listón con gente muy importante y de mucho peso en la fiesta. Yo creo que la cantera hay que tomarla en serio y una de las formas es poniendo un jurado que tenga un prestigio y que los chavales vean que los están juzgando gente que sabe
¿Que participen los hijos de carnavaleros le da más empaque a la categoría?
Sí, la cantera además ha pasado por sus altibajos. Yo recuerdo una época gloriosa en los 80 y 90 en los que estaba bastante arriba. Y ahora, después de una cierta decadencia, ya veo otra vez que va remontando. Veo incluso más bonito el concurso de infantiles que el de juveniles. En juveniles ya se ven mejores afinaciones y eso, quizás los pequeños nos hacen más gracia y por eso hay más cuartetos, que hay ocho. Cuando llegan a juveniles entra la tontería y todos los chavales quieren ser comparsistas, pero es así. No es que sea el mejor momento de la cantera pero se le va pareciendo.
¿Qué se podría mejorar de la cantera?
La implicación, sobre todo, de autores de peso. Ya hay unos cuantos nombres que se repiten como Juanito 'el Blanco', Manolín Santander, Sergio Guillén, Jesús Cervera, Diego Letrán, José Juan Pastrana… Curiosamente no hemos mirado los nombres de nadie hasta luego determinar y ver los puntos y decir “claro, es de este autor de peso”, pero lo hemos querido hacer a posteriori para valorar sin condicionarnos quién escribe cada cosa. Si hubiera más autores de peso, y yo me he ofrecido varias veces a participar en la cantera, la cantera ya sería un poco mejor todavía.
¿Por qué acabó tan tarde la final infantil?
La cantera está representada en el Patronato desde la última reforma y las cosas que traen, que las traen de consenso con toda su gente, son votadas a favor por todos porque es una manera de apoyarlos, que no se vean en minoría. Ellos quisieron quitar el concurso de los días entresemana y que fuera siempre sábado y domingo o, en menor medida, el viernes, para que a los chicos no les llegue el mensaje de que cantar en carnaval es más importante que las clases y tener que perderse una serie de clases porque tiene que empezar a maquillarse temprano. Si empieza pronto y toca un coro, con eso de que es sorteo completamente puro, mucha gente se tiene que maquillar en horas que ya entraría en horario escolar, por eso se puso a las seis de la tarde el comienzo.
¿Cómo se puede incentivar a los niños para que sean coristas desde pequeños?
En el reglamento pone que los coros son infantiles o juveniles según la edad de la mayoría de la agrupación precisamente por eso, porque es muy difícil que en un coro infantil haya instrumentistas y voces de bajo, aunque en los coros se pone que tampoco tiene por qué tener voz de bajo. Cuando estaba el de Bayón había una calidad importante junto con el de Amor de Dios. Al perderse este hemos ganado el de La Viña al menos.
¿A que se debió dejar el primer premio de cuartetos en juveniles desierto?
Había cuatro cuartetos que concursaban y en principio podíamos haber decidido pasar a los cuatro. En la final de infantiles sí estábamos dispuestos a completar todos los huecos, incluso el Ayuntamiento se plantea que infantiles deje de ser una competición para no inculcarle a los niños el espíritu competitivo tan pronto, pero juveniles sí lo es porque en el fondo te acercas a la mayoría de edad y a lo que es la vida, una competición todos los días. De los cuatro cuartetos no había ninguno que nos pareciera realmente merecedor, pasamos dos porque tampoco había que hacer una debacle. Si queríamos mandar el mensaje de que ninguno nos convencía plenamente bastaba con dejar el primero desierto, tampoco es para humillar a los chavales porque un cuarteto es muy complicado. Cuando das un primer premio, parece que es el modelo seguir y el resto van a pensar al año siguiente que eso es lo que hay que hacer, y como ninguno nos pareció un modelo a seguir decidimos dar a partir del segundo premio.
¿Cómo es el trato con los niños como presidente del jurado de la cantera?
Es muy curioso. Hay más cercanía que en el caso de los adultos, en el que el jurado guarda una cierta distancia aunque todos nos conocemos. Algunos miembros del jurado han bajado a los palcos, han hablado… Hubo, por ejemplo, un incidente con una de las chicas del coro a la que se le quedaron las piernas dormidas. Subí a verla y al día siguiente le dije que no tenían por qué escenificar la idea así, que estén cómodos cantando porque tampoco es para estar mortificándose. Le hemos dado la enhorabuena a todos los que han participado… Es muy bonito.