El préstamo con garantía hipotecaria consiste en un producto financiero a partir del cual un prestamista o empresa de capital privado nos presta una cantidad de dinero específica que podemos utilizar para adquirir bienes de consumo, resolver herencias, reunificar deudas o, incluso, iniciar con un nuevo proyecto económico —o empresarial— con la liquidez que nos faltaba.
Las características de los préstamos con garantía hipotecaria son muy diferentes a las de una hipoteca como tal, estas no deben confundirse a pesar de la semejanza en el nombre. A continuación, analizamos con todo detalle qué son los préstamos con garantía hipotecaria, para qué pueden ser utilizados, cuáles son las condiciones de los préstamos con garantía hipotecaria y mucho más. ¡Comenzamos!
¿Qué son los préstamos con garantía hipotecaria?
Los préstamos con garantía hipotecaria son una alternativa real a la banca tradicional. La principal diferencia con esta es que este producto financiero se obtiene a través de un contrato legal con un prestamista particular o con una empresa de capital privado. Para poder optar a este tipo de préstamos debemos ofrecer una garantía real a la entidad financiera privada que nos ofrece la financiación.
La garantía para este tipo de préstamos son los inmuebles, entendiéndose como tal la vivienda habitual, una plaza de garaje, un trastero, un local, un solar, una nave industrial, etc. Al igual que en la banca tradicional, en caso de impago la entidad puede requerir la devolución del préstamo mediante un procedimiento judicial que utilice el inmueble como parte total o parcial del cobro.
No obstante, los préstamos con garantía hipotecaria, reúnen unas condiciones mucho más permisivas que los productos bancarios, lo cual supone una enorme ventaja frente a estos. Una de las más destacadas es que las entidades financieras no tienen en cuenta que el cliente esté en el ASNEF o que su CIRBE no sea el más positivo. Además, los préstamos con garantía hipotecaria están regulados por ley de igual manera que los productos financieros tradicionales. Concretamente por la ley 2/2009, del 31 de marzo que regula todo aquello que concierne a la contratación por parte del cliente de préstamos o créditos de tipología hipotecaria.
Diferencias entre hipoteca y préstamo hipotecario
La diferencia entre una hipoteca y un préstamo hipotecario —o préstamo con garantía hipotecaria— es obvia. Ambos productos no tienen nada que ver entre sí. Mientras que la hipoteca es ofrecida por una entidad bancaria tradicional, el préstamo hipotecario lo ofrece una entidad privada de crédito o prestamista particular, principalmente. Las diferencias más destacadas entre ambos productos financieros son:
- Función: La función de la hipoteca es poder optar a la compra de un piso. Es decir, el banco nos ofrece un préstamo o cantidad de dinero específica para comprar el piso que debemos devolver en diferentes plazos —la hipoteca—. En el caso del préstamo hipotecario el préstamo se realiza para obtener cualquier otro bien de consumo, así como para resolver herencias, reunificar deudas o, incluso, para iniciar ideas de negocio.
- Plazos: Los plazos de la hipoteca suelen ser más dilatados —llegando, incluso, a los 40 años—, mientras que los de un préstamo hipotecario son más breves —hasta 10 años, dependiendo de la empresa—. Aunque en un principio un plazo dilatado pueda sonar más atractivo debes tener en cuenta que ello implica un aumento de los intereses y, por consiguiente, de la cantidad de dinero que pagarás al saldar la deuda.
- Requisitos: Los requisitos de cada uno de estos productos difieren mucho entre sí. La banca tradicional es mucho más exigente, debiendo ser intachable la solvencia del cliente, mientras que los requisitos de las entidades privadas son más permisivos, pudiendo el cliente estar en el ASNEF o no tener un CIRBE adecuado.
- Exigencias: Otra de las diferencias entre un producto y otro es que en el caso de la banca, la hipoteca suele estar vinculada a otros productos obligatorios —como la contratación de seguros de vida, la contratación de tarjetas de crédito o la obligación de domiciliar la nómina—, mientras que en el caso de los prestamistas particulares no hay ninguna vinculación adicional.
Ahora bien, aunque tienen una gran cantidad de diferencias, hay un aspecto esencial que tienen en común. Y es que ambos utilizan como aval o garantía el inmueble del cliente que lo solicita. En el caso de la banca, si el cliente no cumple con los plazos de la hipoteca, esta puede iniciar diferentes acciones legales para llevar a cabo el desahucio.
Condiciones de los préstamos con garantía hipotecaria
Las condiciones o requisitos de los préstamos hipotecarios son diferentes entre cada empresa financiera o inversor privado. Si tenemos en cuenta las condiciones de una de las empresas líderes en el sector en España, Prestamistas.es, podemos encontrarnos que para solicitar un préstamo con garantía hipotecaria es necesario:
- Disponer de un inmueble en propiedad y libre de cargas.
- Solicitar un mínimo de capital de 6.000 € y un máximo de un 30% del valor del inmueble.
- Realizar una tasación oficial externa regulada por el Banco de España para averiguar el valor real del inmueble.