Hacía tiempo que no dedicaba una de mis columnas a las carnestolendas onubenses. Quizás me faltara motivación suficiente para expresar el sentir de toda una comunidad que febrero tras febrero se vuelca por y para engrandecer esta fiesta, y que no termina de encajar en la sociedad de Huelva. En estos años el carnaval ha vivido el mayor de los fracasos, quedándose olvidado a merced de uno pocos incompetentes, que sin capacidades ni cualidades para solventar las adversidades por las que estaba pasado han deshonrado el enorme trabajo que los carnavaleros llevan realizando más de tres décadas.
Reconozco que las intenciones han podido ser muy buenas, pero no son óbice para liderar unas fiestas de esta importancia. Es triste observar la gran afición que en Huelva se vive, y que no se haya aprovechado para fomentar y potenciar lo nuestro, repitiéndose los mismos errores de antaño: sin riesgos, sin innovación, sin esa creatividad que la propia esencia del carnaval requiere. Esta fiesta ha estado abstraída en un letargo que ya supera más de una década, y está en ese momento esencial para conquistar el mundo, esperando siempre que una nueva estructura federativa logre despertarla, desde una perspectiva distinta y con un enfoque más profesional, colectivo y comunitario que visceral.
Este año contamos con una nueva directiva, que en un principio han comenzado rompiendo con lo establecido y escuchando las voces de quienes aman a esta fiesta y apostando por establecer líneas de cohesión entre los distintos frentes existentes en la actualidad. Han iniciado un camino (con algún borrón) más unificador, donde la fiesta en sí está por encima de egos y rivalidades. Este comienzo, difícil por la pandemia, se muestra con alternativas que dan una visión más positiva de lo que hemos vivido.
Ante la Covid-19, el carnaval se ha suspendido y la nueva Federación ha logrado crear concursos online para mantener esa llama viva, un comienzo más acertado y elocuente de lo que llevamos observando años atrás. Aún queda mucho por hacer y por construir, algo de lo que somos muy conscientes, deseando que el Carnaval Colombino logue el reconocimiento y la repercusión que realmente se merece. Mi enhorabuena a la Fopac por este buen comienzo, sin importar cuales sean los resultados.
