Cáritas Diocesana de Granada ha publicado el informe de actividades de su programa de empleo en el que ha detallado las acciones desarrolladas en 2020 con 663 personas para mejorar sus oportunidades de encontrar un trabajo, según ha informado esta organización asistencial de la Iglesia este martes en una nota de prensa.
La inserción a través del empleo es uno de los objetivos estratégicos de Cáritas en la lucha contra la exclusión social. Por ello desde su programa diocesano ofrece formación para mejorar las competencias laborales de los participantes, orientando en la búsqueda de empleo, ofreciendo información y herramientas e identificando ofertas de trabajo, "acordes a las capacidades y necesidades de cada persona".
A pesar de la reducción en el número de participantes con respecto a años anteriores, debido a la suspensión de la actividad durante los periodos de confinamiento y de medidas restrictivas de movilidad por la pandemia del coronavirus, el número de personas atendidas ha sido "muy elevado" y se ha incrementado el de atenciones con un total de 4.882 respuestas y una media de siete intervenciones por persona.
Del total de participantes en 2020, 126 consiguieron incorporarse a un empleo y 303 accedieron a formación laboral. Los datos del servicio de intermediación laboral señalan una disminución del 47 por ciento en los puestos de trabajo gestionados con respecto a 2019. Y es que los efectos económicos del covid-19 han sido "devastadores", según Cáritas, para el mercado laboral de Granada.
El sector laboral más afectado con 17.500 trabajadores menos durante 2020 es el de servicios, debido en parte al cierre del turismo y la hostelería. Éste es también uno de los sectores con mayores oportunidades laborales para la población atendida, debido al bajo nivel de cualificación exigido.
Seis de cada diez participantes carece de estudios básicos o bien sólo ha completado la educación primaria obligatoria. Siguiendo la tendencia de los últimos años, incrementa la población mayor de 45 años del 45 al 50 por ciento, lo que supone "una dificultad añadida" a la falta de formación, para lograr acceder a un puesto de trabajo. La mayoría son mujeres, un 75 por ciento del total, frente al 25 por ciento de hombres. En cuanto a la procedencia, el 62 por ciento son personas españolas y el 38 por ciento son de origen extranjero.
Por tanto, el perfil mayoritario de intervención del programa de empleo es el de una mujer española de entre 25 y 45 años, y con un bajo nivel formativo. Cabe destacar que un 66 por ciento son personas desempleadas y el 31 por ciento dispone de trabajo, formal o informal cuyos ingresos no son suficientes para llegar a fin de mes. Y es que gran parte de las personas que acuden al programa son demandantes de trabajos del hogar.
Por este motivo, el informe dedica uno de los capítulos al empleo doméstico y recoge las dificultades a las que se ha enfrentado el sector en este último año de pandemia. Muchas de estas trabajadoras han perdido su empleo, o no han podido disfrutar de los descansos establecidos durante el periodo de confinamiento, debido a la dificultad de desplazamientos, su justificación, el toque de queda y el miedo al contagio de los empleadores por parte de la trabajadora.
El programa de empleo cuenta con una agencia de colocación y bolsa de empleo especializada en el trabajo de hogar y cuidados, que informa, asesora y media para que se garanticen siempre unas condiciones dignas de contratación. Gracias a este servicio, en el último año, 422 personas han recibido asesoramiento en condiciones laborales, solicitud de subsidio extraordinario, liquidaciones y finiquitos en casos de baja, o finalización de relaciones laborales.
Además, en 2020 el servicio de orientación laboral ha duplicado prácticamente el número de sesiones formativas en habilidades básicas, laborales y competencias digitales, adaptando sus materiales para su realización vía presencial y telemática.
Más allá de las cifras, el informe trata de centrar el protagonismo en los propios participantes y poner rostro a los procesos que viven las personas, en un camino cada vez más difícil para acceder al mercado laboral, han concluido desde Cáritas en Granada.
Todo este trabajo no habría sido posible sin el apoyo prestado por 21 empresas colaboradoras, 17 personas contratadas y diez voluntarias, junto a una inversión de 549.461 euros, donde el 53 por ciento de los fondos proceden de aportaciones privadas de Cáritas, de empresas colaboradoras como Inditex y Bankia, y la ventas de los talleres de inclusión de artes gráficas, siendo el 47 por ciento restante de subvenciones públicas, entre las que destaca el Programa Operativo de Inclusión Social y de Economía Social 2020-2023 - Fondo Social Europeo y la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.