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Miércoles 27/11/2024
 

Desde la Bahía

Endiosamiento

La democracia debe ser absolutamente ejemplar.

Publicado: 22/06/2021 ·
14:44
· Actualizado: 22/06/2021 · 15:07
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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Me sorprendió desde la primera vez que lo leí. Era difícil de comprender y más aún encajarlo en la vida cotidiana, aquel capítulo del Evangelio de San Mateo, en que se hacía referencia a que “no resistáis al que es malo, antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra y al que quiere ponerte en pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa...” El mensaje adquiere aún más importancia cuando se observa que a su inicio nos recuerda con la frase “Oísteis que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente” a la Ley de Talión, ya citada en el Código de Hammurabi, que vino a igualar crimen y castigo y a abolir el deseo de venganza.

Ha llovido tanto desde aquel entonces, se han sucedido tantos periodos de luz, sombra y humedad, que yo que creía que los musgos solo crecían sobre los pretiles y cornisas de los edificios ocultándoles su blancura de cal y su refleja luminosidad, pero he podido observar que también crecen sobre el alma.

Pasaba con frecuencia por delante de la fachada de un antiguo Palacio de Justicia, raída por la erosión dejaba entrever una inscripción grabada en su pared: “Odia al delito y compadece al delincuente”. Es la “piedra filosofal” donde han venido apoyándose escalonadamente, toda una serie de derechos a favor de las personas y su posible situación como delincuente, que han traído como consecuencia el - al menos en países civilizados - abolir la tortura física y ensanchar cada vez más las posibilidades de defensa, trato y bienestar de los ciudadanos que cumplen condenas de privación de libertad. Desde la Declaración de los Derechos del hombre y el ciudadano de 1789, hasta el Convenio de Protección de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales aprobado por la ONU en 1987 y una última campaña con el lema Stop torture las condiciones de vida en los centros penitenciarios se asemejan a las de la vida normal, con la sola supresión de la libertad de desplazamiento.  Las condenas se reducen prontamente, mientras que los daños a las víctimas siguen siendo los de siempre, a veces con la pérdida de su vida y este hecho no debía olvidarse.

La democracia debe ser absolutamente ejemplar. No puede utilizar de forma ilegítima los poderes que el voto ciudadano le otorga, que deben ir dirigidos fundamentalmente a garantizar su seguridad. No puede utilizar el mal, aunque este fuera de carácter menor, porque el calificativo no quita la maldad. Para eso está la Constitución y las leyes que las Cortes Generales formadas por Congreso y Senado promulgan. Y es aquí donde la Sociedad Civil tiene que alzar su voz para evitar excesos partidistas, porque estamos acostumbrados a que en política la razón adopte la forma de coalición entre partidos y la verdad deroga su fuerza en la “mayoría” y ésta para conseguir su estructura necesaria, se coaliciona a su vez en ocasiones, con los más radicales o violentos y ya tenemos la pescadilla mordiéndose la cola. El círculo se cierra y todo lo que exista fuera de él queda abyecto. Los Tribunales de Justicia lanzan sus veredictos como palomas mensajeras que defienden la integridad de sus alas gracias a su inquebrantable carácter e imparcialidad.

Ello le ha llevado a declarar inaceptable el indulto a los políticos, presos por delito de sedición que quisieron impedir por la fuerza - que alguna hubo, aunque no para llegar a la “rebelión”- o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes. El Gobierno, en su contra, va a concederlo. Me recuerda a la obra Persona y Democracia de María Zambrano, donde habla del endiosamiento de quien manda y el poder con rasgos de “divino” que le conceden sus adláteres, consejeros, afiliados y simpatizantes. Por eso se permite decir que la venganza o revancha no son valores constitucionales y es que en las altas esferas del poder no se lee la letra pequeña de los contratos y tampoco claro está la de los textos sagrados, si no hubieran sabido que estas palabras pronunciadas y otras referentes a diálogo, en realidad son despreciadas por los indultados y ellas deberían ser fiscal y juez para el día que celebren el Consejo de Ministros, porque darían testimonio de la infidelidad, prevaricaciones y vuelta a los mismos hechos delincuentes en los que estos políticos condenados, están inmersos y se comprendería en toda su extensión la diferencia entre justicia y “convenios partidarios” de consecuencias imprevistas.   

 

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