Calle Sierpes de Sevilla, una de la tarde. La temperatura ronda los 30 grados, pero la sensación térmica es mayor, algo contraproducente a la hora de atraer clientes en el primer domingo de las rebajas de verano a la zona comercial por excelencia de la capital andaluza, que este año se realizan sin los toldos que antes mitigaban la canícula del sur.
Por razones de presupuesto, de previsión o de falta de coordinación, la ciudad ha visto cómo por primera vez en años sus calles comerciales no están entoldadas cuando llegan los meses de más calor del año, lo que el Ayuntamiento achaca a incumplimientos de la empresa adjudicataria, un matiz en el que no entran los comerciantes del centro, que temen que la ausencia de este protección redunde en sus cajas registradoras.
Los responsables de la empresa ‘La tarta de la madre de Cris’ llevan horas con sus puertas abiertas en la Plaza de San Francisco, tras inaugurar este sábado su nuevo local, y sus responsables temen que “esto haga que venga menos gente”, y que empresas que no tengan su propio toldo “como nosotros” puedan notar la bajada de clientela.
Y eso que este domingo el termómetro ha sido benévolo hasta el mediodía, cuando han abierto muchos de los comercios del centro atrayendo a los clientes en busca de sus rebajas, pero en San Francisco, plaza diáfana donde las haya, el sol pegaba a gusto y era prohibitivo estar fuera de bares o tiendas.
Pero, ¿qué ha pasado para que este año las calles comerciales de Sevilla se queden sin toldos? A falta de algún responsable político que lo explique a Efe este domingo, el Ayuntamiento se remite a un comunicado de prensa en el que cita algunos de los problemas que ha tenido para que los toldos se coloquen, en base a la información aportada por el servicio técnico de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente.
Tras un primer intento fallido, el Consistorio asegura que este servicio “ha constatado que el segundo proyecto presentado por la empresa adjudicataria del entoldamiento de una veintena de calles del casco histórico tampoco cumple con los requisitos establecidos en la adjudicación realizada el 27 de abril y en el contrato firmado el 31 de mayo”.
En consecuencia, “es en estos momentos inviable que pueda instalar los toldos tal y como estaba programado”, aunque los comerciantes están resignados a que se pasarán todo el verano sin cubrir las calles, algo que complica más la vida a un sector muy afectado por la pandemia y por la dificultad de atraer gente al centro desde los barrios o pueblos cercanos si no se tiene la seguridad de que el calor no va a amargar el paseo.
El Ayuntamiento firmó en marzo un contrato por tres años por un importe de 669.000 euros más IVA, y se adjudicó por 509.495 euros a la empresa que obtuvo una mejor valoración según los criterios técnicos y económicos, que, de acuerdo con los plazos habría instalado los toldos en junio, pero un primer proyecto no cumplía, según el Consistorio, con lo previsto, y el segundo tampoco.
Es un asunto que no se ha librado de la gresca política, con el portavoz del PP, Beltrán Pérez, aludiendo a la batalla del alcalde, Juan Espadas, por dirigir el PSOE andaluz, con la frase: "Cuando se tiene la cabeza en todo menos en Sevilla, pasan estas cosas”.