Entre tanta política ficción, tacticista, partidista, vacua, estéril, frentista, miope y muchos más manoseos espurios de la cosa pública, en ocasiones emerge la política en mayúsculas, la de verdad, aquella que se brinda a la utilidad de la sociedad a la que sirve. Es la política que te reconcilia con los servidores públicos porque hacen honor a su nombre, al interés común, especialmente de los más necesitados.
En este lado más puro de la política, obligado es subrayar la dedicación de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación por mejorar el servicio de acogimiento familiar de niños, niñas y adolescentes que por motivos siempre dolorosos están separados de sus padres. En colaboración con muchos eslabones de compromiso innegociable, liderados por la Fundación Internacional Aproni, han creado una cadena de solidaridad extraordinaria que permite a 900 pequeños estar en 700 hogares. Con todo, resulta insuficiente para los más de 2.000 niños acogidos en centros tutelados a la espera de un hogar que les facilite crecer en un entorno familiar de normalidad.
Con el objetivo de captar nuevas familias de acogida, ve la luz la campaña ‘Súpervaliente busca hogar’ con un mensaje conmovedor amparado en una de las principales novedades de la futura Ley de la Infancia que Igualdad quiere aprobar en julio en el Parlamento: la obligatoriedad de que ningún menor de 13 años esté sin hogar.
Sí disfrutaron de ese calor Anita, que aprendió a reír a carcajadas a los 5 años. O Erik, de 3, y su hermanito, de 2: dejaron de llorar de noche y asustarse con cualquier ruido.Rocio, de 5 pero con talla de 3, huérfana de padres fallecidos por la guadaña de la droga y el alcohol. Tuvo su primera muñeca, la Paca, de la que no se separaba, y sus primeros Reyes Magos. Laura, 6 años. Maltrato y abusos. Se tapaba la cara con los brazos, tardó 3 días en hablar y una semana en mirar a los ojos. No dejaba que la lavaran, le daba miedo que la tocarán. Aprendió que todos los mayores no son malos y que tenía derecho a que la quisieran.
Son algunos ejemplos tan duros como reales, rebosantes de esfuerzo de sus familias de acogida que, a cambio, recibieron todo tipo de recompensas afectivas. Piensen en la inocencia robada a esos niños y en la posibilidad que tienen de devolverles parte de lo que el infortunio les quitó, porque como enfatizó con acierto la consejera Rocío Ruiz: “Todo empieza con un sueño: cada niño, cada niña, con una familia”.