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Jueves 05/12/2024
 

Almería

Dos años por usar tarjetas clonadas para compras por valor de 3.000 euros en Almanzora y Levante

"Existió prueba de cargo suficiente porque el acusado admitió el uso mendaz de las tarjetas y, por otro lado, es poco sostenible admitir que alguien utiliza una tarjeta que no se encuentra asociada a una cuenta propia o, al menos, conocida sin sospechar de su ilicitud", remarca

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El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de dos años de cárcel impuesta a un hombre que, junto a terceras personas no juzgadas por encontrarse en rebeldía, utilizó varias tarjetas de crédito clonadas con las que realizó distintas operaciones por valor de casi 3.000 euros en establecimientos comerciales de las comarcas almerienses de Almanzora y Levante.

   El auto del Supremo, al que ha tenido acceso Europa Press, resuelve que no ha lugar a la admisión del recurso de casación interpuesto por la defensa del acusado al subrayar que fue el mismo quien reconoció en el acto de juicio que sabía que las tarjetas eran "duplicados de otras auténticas" y que se usaron en diferentes operaciones de compra y utilización de servicio, "repartiéndose los beneficios".

   "Existió prueba de cargo suficiente porque el acusado admitió el uso mendaz de las tarjetas y, por otro lado, es poco sostenible admitir que alguien utiliza una tarjeta que no se encuentra asociada a una cuenta propia o, al menos, conocida sin sospechar de su ilicitud", remarca.

   La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería consideró probado que el acusado, de nacionalidad rumana, entre agosto y finales de septiembre de 2008, "en unión de otras personas" y con "pleno conocimiento de que las tarjetas de crédito que le fueron facilitadas, habían sido duplicadas", las utilizó con la finalidad de obtener un enriquecimiento ilícito.

   No consideró acreditado, sin embargo, que interviniera de manera alguna en la "clonación" o "duplicación" de las tarjetas de crédito, que aparecían asociadas a cuentas bancarias pertenecientes a dos personas y en las que realizó reintegros por valor de 2.942,45 euros.

   El acusado se trasladó a diferentes establecimientos en los cuales hizo uso ilícito de las tarjetas clonadas, realizando, en unos casos, adquisiciones de bienes pagando y, en otros, pidiendo que se les entregase dinero en metálico, cargando el importe de las operaciones en las cuentas de los perjudicados y repartiendo el beneficio obtenido entre todos ellos.

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