Benito Pérez-Barbadillo es hijo de padre sanluqueño, de madre jerezana y se crió en El Puerto de Santa María. Como diría la bulería de José Mercé "por eso lleva en sus pies lo mejor de las soleras".
Hace 27 años dejó la dirección del gabinete de prensa del Circuito de Jerez para llevar la dirección de Comunicación de la ATP, y después se convertiría en
el hombre en la sombra de Rafa Nadal, el mejor deportista español de todos los tiempos.
Nunca ha ocultado su pasión por este triángulo mágico de la provincia de Cádiz. Todo lo contrario. Lleva décadas llevando la bandera de su tierra por todo el mundo y en contacto con las personalidades más influyentes a las ha tenido acceso de la mano de Rafa.
Por eso, pensando ya en una vida más tranquila, en la que quiere venir cada vez más a menudo a un piso que se ha comprado en Jerez, pone a disposición del Marco toda su experiencia, sus conocimientos y sus contactos para "ayudar a poner el vino de Jerez en el sitio que se merece por calidad e historia".
Ofertas no le van a faltar, pero de momento se conforma con "convertir a Rafa al vino de Jerez, que no tengo duda conseguiré cuando lo traiga a conocer una bodega".
Con Benito nos hemos sentado a mesa y mantel en el
restaurante Antonio, heredero de la mítica venta Antonio a la que siempre iba cuando niño.