La clase eclesiástica gaditana se ha pronunciado públicamente sobre el aborto, dejando clara cuál es su postura acerca de este asunto. Así, el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, con motivo de la Jornada por la Vida que se celebra mañana pidió a través de una carta pastoral a los sacerdotes, catequistas, profesores de religión y responsables de grupos y movimientos apostólicos “que sigan implicados en esta Jornada”, así como que recuerden a todos que “el derecho a la vida es el primer derecho fundamental”.
En la carta pastoral, el prelado señaló que la Jornada por la Vida, “se trata de una oportuna invitación a las comunidades cristianas a orar y a proclamar el valor sagrado de toda la vida humana desde su comienzo en la fecundación hasta su muerte natural” y añadió que “de esta oración debe brotar un compromiso decidido para cambiar la llamada cultura de la muerte por una cultura que acoja la vida”.
Ley salud sexual
Asimismo, tras recordar la aprobación de la Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, afirmó que “el aborto es siempre un crimen abominable, como lo calificó ya el Concilio Vaticano II”.
Además, recordó la nota de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa a la Vida diciendo que “el triste retroceso que la nueva legislación supone en la tutela del derecho a la vida no debe llevarnos al desánimo”.
En este sentido, añadió que “el debate público que se ha suscitado en los últimos meses, los testimonios a favor de la vida en diversos ámbitos científicos, culturales, jurídicos, religiosos y sociales, las múltiples iniciativas por parte de diversas instituciones que se han movilizado masivamente en defensa de la vida del niño que va a nacer, y, sobre todo, la confianza en Dios, Señor y dador de Vida, nos hacen afrontar el futuro con una gran esperanza”.
Finalmente, Ceballos Atienza invitó a la oración y agradeció “la dedicación de tantas personas que, en un número cada vez mayor de instituciones eclesiales o civiles, se dedican a prestar su apoyo personal a las mujeres gestantes”, ya que “es una alegría el testimonio de tantas madres y padres, que gracias a la ayuda recibida, han decidido por fin a acoger a sus hijos, reconociendo en ellos un don inestimable que trae luz y sentido a sus vidas”.