Las terrazas han frenado el descalabro del sector de la hostelería. El buen tiempo ha animado ligeramente el consumo de los jienenses, lo que ha permitido a los hosteleros enjugar en parte las malas cifras de principios de año. En esta temporada ha registrado una caída en las ventas de tan sólo el 8 por ciento, muy por debajo del 30 por ciento de los dos primeros meses del año.

“Si se sigue manteniendo con esta cifra nos damos por muy satisfechos”, destaca el presidente de la Asociación de Restaurantes, Bares y Cafeterías (Asostel), Gabriel Archilla. No en vano, supone el mantenimiento del empleo en un sector servicios, tan importante para la economía jienense. El objetivo de los empresarios es estabilizar las cifras en un momento muy complejo, con el recorte salarial a funcionarios y la congelación de las pensiones.

El buen tiempo ha sido la mejor noticia que podían recibir los empresarios. Después de un invierno “caótico”, en el que el temporal de lluvia y nieve echó por alto todas las previsiones del sector y precipitó casi un 40 por ciento la facturación, miraban al cielo para la temporada de terrazas. Y éste les respetó y desde el mes de abril, en el que se dio el pistoletazo de salida, el sol ha animado a los jienenses a llenar las terrazas.

¿Y por qué es tan importante el periodo de terrazas para el sector? Es una tercera parte del volumen de negocio de las empresas y supone una fecha clave. Desde abril hasta octubre deberán echar el resto para salvar los muebles de un convulso año 2010.

En cuanto al cumplimiento de la normativa de las terrazas impuesta por el Ayuntamiento tras el conflicto del pasado año, el presidente de Asostel confirma que todos “se han concienciado” y se está cumpliendo el compromiso: guardar todo el mobiliario todos los días.

Paro en servicios
La campaña primaveral es un punto importante para el sector servicios que ha visto cómo la cifra de desempleados bajaba en el último mes de mayo. Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), se redujo en 167 personas, contribuyendo con la construcción a la nueva caída de la agricultura. Aún así, el resultado hasta ahora ha sido muy negativo: en el último año se ha incrementado el desempleo en un 4,3 por ciento.