Un Rafael Nadal arrollador, en plenas facultades, se metió hoy en su cuarta final consecutiva de Wimbledon, "más que un sueño", donde como novedad se medirá al checo Tomas Berdych, verdugo del defensor del título, un Roger Federer que ya era toda una constante en este torneo.
El número uno del mundo solventó hoy en la pista Central su penúltimo obstáculo ante el británico Andy Murray para avanzar hasta el último tramo que le plantea el All England Club en su décima final de un "grande".
Hasta ahí llega tras haber hecho trizas hoy las ilusiones de todo un país, un Reino Unido que no termina de despegar en este deporte y que se dejó la garganta en la "Catedral" jaleando a su hombre.
Nadal estuvo soberbio, no cometió errores garrafales -al margen de una doble falta en el 5-5 del 'tie-break'-, e impuso su clara superioridad ante su rival, al que despidió en 3 sets con un abrazo.
Satisfecho y siempre modesto, el español vive un sueño: "Cuando vienes aquí es difícil que te plantees llegar hasta aquí, porque no sabes cómo llegas, no tienes prácticamente preparación", comentaba hoy Nadal, que asegura que estar en la cuarta final de Wimbledon es más de lo que podía haberse imaginado en toda su vida.
También lo lograron otros grandes del tenis como Boris Becker, Bjorn Borg, Roger Federer, John McEnroe y Pete Sampras.
Pero aunque Nadal no quiere oír hablar de la historia a estas alturas, algo que no le parece adecuado "cuando estás en activo", Murray hoy le incluía ya "entre los mejores jugadores" de esta disciplina.
Desolado, el tenista de Dunblane, cuarto favorito, confiaba en que su saque le respondiera para replicar a la contundencia del campeón de Roland Garros, algo que logró "durante la mayoría del partido".
Pero no fue suficiente ante un Nadal imparable. Murray no se mostró tan satisfecho con su resto y, en líneas generales, el escocés dejó pasar otra semifinal en este "Grande" con una sensación de "decepción".
"He tenido ocasiones en todos los sets aunque sí, él ha jugado mejor que yo", lamentó el cuarto cabeza de serie que no duda en dar a Nadal como favorito de cara al último partido el domingo: "Es el mejor jugador del mundo. Ha jugado tres finales consecutivas, o cuatro, contando con ésta", ya que en 2009 una lesión de rodillas impidió al mallorquín defender el trofeo logrado en el 2008 ante Federer.
En su último duelo, la motivación del británico no pudo con la notable superioridad mostrada por el número uno. Andy Murray contó con el apoyo clamoroso de un público entregado, aunque siempre correcto con el rival, que sufrió sonoramente los errores no forzados -19 en total- que cometió de forma absurda el tenista escocés.
Murray tuvo momentos de nota al inicio del enfrentamiento, en los que estuvo sutil en algunos golpes; sumó trece "winners" (de un total de 37 golpes ganadores) y se aventuró con alguna -tímida- subida a la red, pero la raqueta le tembló en otros puntos, dando espacio y ocasiones a su oponente español.
La superioridad del mallorquín abortó los momentos del británico y el cinco veces campeón de Roland Garros corroboró su condición de favorito frente a un Murray que seguía sin atinar en bolas importantes aunque llevara la segunda manga hasta un "tie-break" en el que Nadal logró mantener el temple.
El tenista de Dunblane tuvo un arranque algo más prometedor en el tercer parcial. Allí, con saque de Nadal, el británico estrenó el juego con su primera opción de break, que convirtió en ventaja numérica sobre Nadal.
La grada animaba a su hombre -"Venga, Andy, céntrate"- y Murray lograba mejorar su rendimiento. Pero siguió sin ser suficiente.
El número uno en el ránking mundial supo exprimir mejor los momentos clave y se abrió las puertas de otra final donde le espera el checo Tomas Berdych, que se convirtió en noticia al eliminar en cuartos de final al, casi, omnipresente Federer y que hoy borró en tres sets al serbio Novak Djokovic, tercer favorito.
Muy sólido aunque algo conservador al principio, Berdych se llevó ya su primer parcial, donde aprovechó la única opción de break de la que dispuso para encadenar golpes ganadores y cerrar esa manga con 6-3 en tan sólo 33 minutos.
Djokovic, el único de los cuatro semifinalistas que no contaba con un título en esta superficie, no esperaba un rival sencillo. En sus previos encuentros, el tercer cabeza de serie siempre logró tener la última palabra -con partidos finiquitados en tres sets-, aunque "Nole" jamás subestimó el juego de Berdych.
El décimo tercer tenista del mundo espera que aún le queden energías para la final del domingo, pues confesó que esta mañana se sentía bastante cansado.
A los 24 años, Berdych, que se ha colado en la que será su primera final de un Grand Slam, habló también de cuál ha sido su clave esta temporada para llegar hasta donde está, después de ser eliminado en las semifinales de Roland Garros por el sueco Robin Soderling.
"Son muchas cosas. Definitivamente, empieza en la primera ronda. Sólo necesitas ir paso a paso y batir a cada jugador, llegar a cada partido, a cada oponente con los mismos objetivos -explicó-, las mismas tácticas, estar concentrado, ser paciente e intentar tu mejor juego. Al final, funciona bastante bien", resumió el próximo oponente de Rafa Nadal.