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Lunes 25/11/2024
 
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Andalucía

La familia de la descuartizada llega para hacerse cargo de la acusación

Los padres estarán presentes en la declaración del acusado este viernes

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Los padres y un hermano de la norteamericana asesinada y descuartizada en Sevilla el pasado 30 de agosto han llegado a España para hacerse cargo de su cuerpo, acudir al entierro el jueves y personarse en el juzgado como acusación particular.

Los padres se personaron ayer como acusación particular en el juzgado de instrucción 18 de Sevilla con su abogado José Estanislao López Gutiérrez, quien anunció a Efe que se va a oponer a la libertad solicitada por el español encarcelado por el homicidio, A. G. S, de 30 años.

El acusado ha sido citado el próximo viernes para la comparecencia prevista en la Ley del Jurado por la que será tramitada la causa, ocasión en la que los padres van a estar presentes en el juzgado, explicó su abogado.

La víctima Laura G. B, de 49 años, residía en España desde hace años porque está casada y separada de un español y aquí vive además su hijo, que también va a personarse como acusación.

Una vez autorizado por el juez, la víctima va a ser enterrada el próximo jueves en el cementerio de San Fernando de Sevilla, tras una misa prevista a las 10.30 horas.

El padre de Laura es de origen nicaragüense y la madre de ascendencia cubana y ambos vivieron en Nueva York hasta que se jubilaron y se trasladaron a Miami.

El encarcelado por el crimen reconoció el pasado 9 de septiembre ante el juez 18 que descuartizó el cuerpo de la estadounidense para deshacerse de él en el río Guadalquivir, pero atribuyó el fallecimiento de la mujer a las heridas que ella misma se causó en el pecho y en el cuello.

Según su versión, tras consumir alcohol y cocaína, la mujer se autolesionó con un cuchillo cuando vio rechazada su propuesta de mantener relaciones sexuales.

Al darse cuenta de que la mujer no tenía pulso, A. G. S. se asustó y pensó que tenía que deshacerse del cuerpo, para lo que decidió meterlo en una maleta y arrojarlo al río Guadalquivir, aunque al comprobar que no cabía, le seccionó la cabeza y un brazo y los metió en una bolsa.

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