Un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha detectado una correlación significativa entre un mejor rendimiento en matemáticas y el alumnado que comparte la comida principal con sus padres o alguien de su familia al menos una o dos veces a la semana.
Es una de las conclusiones de un trabajo de investigación elaborado por el profesor de Economía Aplicada Ismael Sanz, de la Universidad Rey Juan Carlos, publicado hoy martes por la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS).
El estudio se basa en los datos del último informe PISA, la evaluación internacional de la OCDE a estudiantes de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias, publicado el pasado 3 de diciembre y que también se interesaba por el tipo de interacción entre el alumnado y su hogar.
Así, el 83,7% de los adolescentes dijo compartir el almuerzo con sus padres o alguien de la familia al menos una o dos veces a la semana, un porcentaje muy superior en el caso español (88,5 %).
Por contra, no hay apenas diferencia respecto a la proporción de familias que pregunta al menos una o dos veces a la semana por lo que ha hecho el alumno ese día en el instituto (77 %), mientras en España sí hay más interés en inculcar la conveniencia de seguir con los estudios (Bachillerato o FP), un 55,2 % frente al 50,7 % de la OCDE.
Por último, un 69 % indica que su familia le anima a obtener buenas notas, una cifra también muy por debajo del 74,4% de España.
"En suma, los estudiantes españoles tienen una mayor interacción con sus familias comiendo con más frecuencia con ellos, y hablando más sobre sus estudios y cómo les va en el instituto", explica Sanz.
Por otro lado, el alumnado español percibe que sus familias les apoyan en mayor grado que el resto de los encuestados.
A nivel agregado de país "no hay una relación clara" entre el éxito en matemáticas y el apoyo que sienten los alumnos, pues Japón y Estonia tienen muy buenos resultados en PISA y sin embargo tienen un índice de soporte familiar inferior a la media de la OCDE. Por contra, Irlanda y Corea figuran entre los países donde el alumnado siente más respaldo y también tienen un rendimiento muy elevado.
Según Sanz, es posible que, dentro de cada país, los estudiantes que tengan más apoyo del hogar si puedan tener mejores resultados en matemáticas.
En cuanto al índice de apoyo familiar en España —y en el conjunto de la OCDE— por género y nivel socioeconómico, las alumnas españolas tienen un mayor soporte que ellos, una tendencia a favor de las mujeres que también se produce en el promedio de la OCDE: hay más interacción en aspectos educativos con las hijas que con los hijos.
Los estudiantes de hogares favorecidos disponen además de un mayor apoyo, tanto en nuestro país como en la OCDE, y es más alto entre el alumnado nativo que entre los inmigrantes.
Aunque en el caso de España hay una falta de correlación entre el índice global de apoyo familiar y los resultados en matemáticas en PISA 2022, "sí se esconde una asociación positiva y significativa con algunas de las preguntas y una negativa -también relevante- con otras".
Así, el rendimiento en matemáticas del estudiante cambia en 44 puntos en España (y 28 en la OCDE) cuando indica que sus padres o alguien de su familia hace la comida principal con ellos al menos una o dos veces a la semana.
"Es la asociación positiva más elevada de las diez preguntas que incluye el índice global de apoyo familiar" de PISA 2022.