Los apartamentos de Bahía Sur han incumplido las medidas de seguridad
Entre las denuncias más grave se encuentran las deficiencias en los sistemas antiincendios y salidas de emergencia en algunas unidades de explotación, como la Manzana 4 donde se centran los expedientes de la Gerencia de Urbanismo.
Las demandas de la administración andaluza para que se solucionen los problemas vienen del año 2008, cuando se incoó expediente, demostrándose que no se había hecho nada de lo exigido en las condiciones.
El complejo de apartamentos Bahía Sur, cuya gestión, oficialmente, corre a cargo de la empresa Complejo Bahía Sur SL cuya cabeza visible es Elías Rodríguez Viña, uno de los promotores de la compraventa del complejo hotelero a la empresa Barceló que originó la conversión de las instalaciones en una sociedad de inversores, tiene en la actualidad una categoría de tres llaves, primera, y puede pasar a una llave, tercera categoría.
La reclasificación puede suponer, como es comprensible, un duro golpe tanto a la calidad de la oferta de la ciudad teniendo en cuenta además que el complejo hotelero es una concesión administrativa municipal, como a los intereses de los pequeños inversores, que verían seriamente dañada la rentabilidad que pudieran tener en estos momentos.
El expediente
Según el documento oficial de la Consejería de Turismo, Comercio y Deportes de la Junta de Andalucía, que tiene fecha de 12 de diciembre de 2009 -la misma fecha en la que se señala la caducidad de un expediente anterior-, señala que la oferta de estudios, apartamentos, dúplex y bungalows, lo que se denomina Comunes, no dispone de conserjería-recepción específica para los clientes, que tienen que utilizar las del hotel Bahía Sur.
Obviamente y ante tal circunstancia, no dispone de teléfono específico a disposición de los clientes, ni sala de estar o de espera ni servicio de equipaje, todo ello vulnerando diversos artículos de las normativas en vigor.
De la misma forma y como debiera contar un establecimiento de la categoría actual, los distintas unidades de alojamiento no cuentan con teléfono para comunicarse con la conserjería-recepción, además de no disponer de aparcamientos específicos señalizados para los clientes.
El informe remitido a la empresa explotadora señala asimismo que la explotación dispone de más capacidad de la autorizada, mediante la instalación de “supletorias con carácter permanente”. En ese apartado termina diciendo que el mobiliario de las unidades inspeccionadas se encuentra “muy deteriorado”. Aclarar al efecto que las inspecciones a las que se refiere la Consejería de Turismo se hacen de forma aleatoria.
Ya de forma más pormenorizada, el informe dice que en los estudios y bungalós inspeccionados se denota “falta general de mantenimiento” y señala, “a título no exhaustivo”, las camas en mal estado, neveras oxidadas, enchufes rotos, paredes sucias y despintadas, además de tener humedad, suelos sucios y con manchas de grasa y en los módulos de estudios se han encontrado pasillos y puertas de acceso en mal estado, agujeros, falta de pintura y fisuras en los marcos.
Más unidades
En el módulo de apartamentos y dúplex, se une lo reseñado para estudios y bungalós además de añadirse el estado de las barandillas de las escaleras interiores, oxidadas y faltas de pintura, mientras que los patios interiores están cerrados con una montura, lo que impide la ventilación de las unidades de alojamiento. Finalmente y para esta zona, señala que los techos de escayola tienen agujeros, están despintados y tienen humedades.
También se detecta que la puerta de seguridad contraincendios de la Manzana 4 no funciona, quedando o montadas o no cierran, por lo que no cumplen con su cometido en un 90 por ciento del bloque. En las puertas de entrada y salida de la zona sur, en la misma manzana, no funcionan el cierre y apertura antipánico, tienen el cristal roto y se atascan al abrir, además de carecer de salida de emergencias y de prohibido aparcar.
Más grave es aún lo que dice del sistema contra incendios de la Manzana 4, “roto y deteriorado faltando piezas para un correcto funcionamiento de las mangueras, a la vez que los propulsores de luz y alarma contraincendios están rotos, incluidos los detectores de humo”.
Finalmente señala que en la misma Manzana 4 -a la que la base del expediente de recalificación dedica un buen apartado- los suelos de pasillos de acceso y puertas de unidades de alojamiento “son diferentes, careciendo de homegeneidad”. También se detectaron luces de los pasillos que en algunos tramos colgaban los cables y no estaban operativas.
La más significativa
Este aspecto es interesante porque es en la Manzana 4 donde se centran los expedientes de la Gerencia Municipal de Urbanismo por el presunto uso residencial de los apartamentos hoteleros.
Como es lógico, los inspectores de la Consejería de Turismo, Comercio y Deportes de la Junta de Andalucía realizaron fotos ilustrativas de la situación para concluir que el establecimiento “no reúne los requisitos necesarios para la categoría que ostenta, sin merma del obligado cumplimiento y adecuación de aquellas deficiencias exigibles con independiencia de su categoría, especialmente en materia de protección y prevención contraincendios”.
Y es que el complejo había pasado ya por otras inspecciones, cuyos resultados se unen al último expediente, con fecha 30 de enero, 26 de mayo, 16 de octubre de 2008 y 17 de noviembre de 2009. O sea, que llueve sobre mojado.
Arma arrojadiza
El expediente en cuestión ha servido como arma arrojadiza entre los dos grupos en litigio al entender que ha sido como consecuencia de la mala gestión de las instalaciones por parte de Complejo Bahía Sur SL.
No obstante, los apartamentos fueron durante el verano pasado, sin que hubiera impedimento en contra, la base del alojamiento de atletas y participantes en los Campeonatos Iberoamericanos de Atletismo celebrados en San Fernando y se reconoce que algo se hizo para mejorarlos, pero siguen padeciendo el grueso de las denuncias.
Para reunir la oferta necesaria, los responsables de la gestión suspendieron la salida del pool de explotación de las unidades de alojamiento necesitadas por la organización del evento.
Una inversión que nunca llegó a hacerse
El complejo hotelero de Bahía Sur iba a recibir una inyección económica de casi dos millones de euros en 2003, según el anuncio que hizo uno de los promotores de la compra de los activos de Barceló y actual administrador de Complejo Bahía Sur SL, Elías Rodríguez Viñas al entonces alcalde isleño, Antonio Moreno.
Con ese anuncio se intentaba poner fin a la preocupación del Ayuntamiento porque pudiera producirse un menoscabo de la categoría de las instalaciones tras la marcha de un operador como Barceló, que había llevado al establecimiento a lo más alto dentro de la comarca.
No obstante, el dinero que se iba a invertir no iba a llegar como aportación de los dos socios en la operación, el propio Rodríguez Viñas y Oleguer Pujol Ferrusola, actualmente a la cabeza de una parte del complejo bajo la empresa Jasmud Spain. El dinero lo tendrían que poner, a modo de derrama, cada uno de los propietarios de las unidades de alojamiento.
Una vez que no se han vendido todas y una parte de ellas están habitada por particulares que están haciendo un uso residencial de las mismas, a tenor de los requerimientos de Urbanismo, esa inversión no se hizo, lo que queda patente en los resultados de las distintas inspecciones de la Consejería de Turismo, Comercio y Deportes de la Junta de Andalucía.
La posibilidad de reclasificación de tres a una llave es uno de los argumentos que esgrimen los disconformes con la gestión de Complejo Bahía Sur para exigir su inhabilitación como gestora.
“Intentamos que el complejo Bahía Sur no pierda su categoría”
El delegado de Presidencia y delegado especial para Bahía Sur, Francisco Romero Herrero, manifestó a este periódico que el trabajo del Ayuntamiento consiste en evitar que se pierda la categoría del complejo hotelero y todos los pasos que se están dando desde el Gobierno municipal se encaminan en la misma dirección.
Romero recordó que el Ayuntamiento está actuando a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo para poner fin al presunto uso fraudulento de las unidades de alojamiento por parte de propietarios que la utilicen como vivienda habitual, aunque recordando que se trata de un procedimiento largo y complicado.
A este respecto, y en relación a los expedientes en este sentido incoados por la Gerencia Municipal de Urbanismo, “que siguen su curso”, la adopción de medidas es el final de un procedimiento judicial que seguirá al administrativo, por lo que queda tiempo hasta que las unidades presuntamente destinadas a uso residencial recobren su uso natural hotelero.
Hay que recordar que según el informe emitido tras la compraventa del complejo por la Secretaría General de Ayuntamiento, el Consistorio podía recuperar la concesión de las unidades que no estuvieran gestionada bajo un estricta explotación hotelera. Romero aseguró que desde el Gobierno municipal, tanto él como el alcalde, están actuando “sin amigos dentro del complejo”, por lo que se aplicará a rajatabla lo que dictaminen, primero la Gerencia de Urbanismo y luego los tribunales que entiendan la reclamación que en su día haga el Ayuntamiento de San Fernando.
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