El acto de fumar un cigarrillo siempre se ha entendido como un break, una pausa en el ajetreo del día a día donde se podía estar relajado y parar. Un café con un cigarrillo por la tarde o un café con una copa después de comer, departiendo con los amigos o familiares. Bueno, esto se podrá seguir haciendo, pero en casa. De eso se quejan muchos hosteleros, “ahora la gente tendrá sus botellas en su casa y, después de comer, se irán para allá”, dice Francisco Benítez, el dueño del resturante Don Pepe, que al igual que muchos hosteleros asume que ha llegado el momento de pasar los ceniceros a 'mejor vida'.
A partir de ayer no se podrá fumar en ningún sitio público cerrado, incluyendo bares y restaurantes. Para el dueño de este restaurante, la entrada de la nueva ley supone tirar por tierra todo el dinero que desembolsaron para habilitar una zona de fumadores cuando entró en vigor la ley 28/2005, que exigía tener una zona específica para fumadores dentro de los restaurantes.Al entrar en el restaurante, a pesar de que ya son las cinco de la tarde, se ve que las mesas están ocupadas todavía, sobre todo en la zona de fumadores, que está práctimente llena. En la barra todavía hay personas que, con una copa y un cigarrillo, charlan tranquilamente. Y es que, como bien apunta Francisco, “los beneficios de un restaurante están en la copa y el postre”.Esta es, sin embargo, hora punta para los cafés. En una cafería céntrica, apenas se puede entrar por la afluencia de la gente.
El humo en el ambiente también es notable, pues hasta el camarero está fumando. ¿Notará ahora la diferencia este café e irá menos gente?En cuanto a las cifras, los estudios parece no ponerse de acuerdo. Por un lado, el estudio realizado recientemente por el Instituto de Estudios Económicos aventura que el descenso de la facturación podría estar en torno al 10% y un 3% en el trabajo.Cifras parecidas son las que baraja la Federación Española de Hostelería, que vaticina una caída en el sector hostelero de entre el 5% y el 10%.Sin embargo, un estudio realizado por la Asociación de Economía de la Salud apunta a que la entrada en vigor de esta nueva ley no supondrá ningún coste económico para los hosteleros.
Esto se puede comprobar en que la ley 28/2005 no tuvo ninguna incidencia negativa en el sector. Y es que no todos los establecimientos lo ven tan negativo. En Kapote, Juan Manuel Tocesto cree que no se notará mucho la diferencia, ya que tienen acondicionadas las zonas exteriores y la gente ya suele irse allí. Y efectivamente, a pesar de ser invierno, hay varias personas tomando copas en la terraza del local, que gracias a las setas de gas se mantiene a una temperatura agradable.Y es que, los datos recogidos en una encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria afirman que un 32’8% de los españoles iría más a los bares si no se fumara en ellos, tal y como acurrirá a partir de ahora.Por otro lado, sólo el 16’4% afirma que dejará de ir a menos a bares y restaurantes.A pesar de eso, no todos los sitios están tan bien acondicionados, y en muchos lugares la gente tendrá que salir fuera para fumar.
Esto influirá mucho en el tema del ruido, algo que ya anunciaron en su día diversos manifestantes.Aunque dejen las copas dentro del local, la aglomeración de gente en la puertas del mismo puede llegar a resultar bastante molesto para los vecinos de las zonas circundantes.Ante estas nuevas medidas, tan restrictivas, muchos han criticado que España se ha convertido en uno de los países más prohibitivos de Europa con respecto al tabaco, ya que 24 de los 27 países miembros de la Unión Europea han optado por medidas intermedias.
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