En la primera mitad de partido las expectativas se cumplieron pero en la segunda, el Estudiantes 87 plantó cara y fue capaz de darle la vuelta al marcador al hacer el 3-2 en el último minuto.
La Real Sociedad
de Madrid, primero en la clasificación e invicto hasta el momento, recibía un jarro de agua fría.
El partido comenzó a las cuatro en punto bajo una lluvia incesante y con un frío digno más bien del norte español que de tierras andaluzas. Sería por eso que ningún espectador animaba el dinámico juego de los dos equipos. Al contrario de lo que se esperaba, el primer cuarto de hora de partido se caracterizó por un ir y venir de los dos equipos. Se suponía que
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jugaría la bola ella solita, pero los de Puente Genil estaban dando un buen juego. El primer penalti córner, a favor de
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, llegó en el minuto 5 de partido. Los de Madrid vieron esta ocasión como el primer gol pero César, el portero del Estudiantes 87, truncó esta aspiración. Ésta sería una de las muchas buenas acciones del guardameta pontanés.
Pero el equipo andaluz fue perdiendo fuelle a pesar de las indicaciones de su entrenador: "¡Mira más la bola!", "¡la cabeza alta!". En el minuto 26 la Real Sociedad marcaba el primer gol y el Estudiantes 87 se venía más abajo. Dos minutos más tarde, el árbitro pitaba una falta a favor del equipo de Puente Genil, ocasión que desaprovechó para empatar el encuentro. La Real Sociedad contraatacó magistralmente y el delantero Lobo, con un golpe de revés, marcó un golazo de los que te dejan la boca abierta.
El Estudiantes 87, con más nervios aún y viendo como al chaparrón de agua se le iba a unir el de goles, defendió su portería como pudo del penalti córner en contra a un minuto del descanso.
La segunda mitad no empezó mejor para el equipo de Puente Genil. Juanlu, nervioso, gritaba desde el banquillo: "¡Mirad coño!". El Estudiantes 87 estaba perdido e individualizado a pesar de que se sabe que ante la enérgica Real Sociedad no vale jugar uno contra uno. El portero César era el más calmado y se notó cuando paró sin defensa alguna una jugada que era gol seguro.
Al igual que César, el portero madrileño Jorge Casanova inmovilizó la bola en un penalti córner a favor del Estudiantes 87.
Fue en el minuto 10 de la segunda parte cuando, de otro penalti córner, el delantero Mateo consiguió el primer gol para Puente Genil. Fue un revitalizante que dio fuerzas al Estudiantes 87 para practicar un juego más igualado.
El ánimo fue en aumento a la vez que el guardameta César paraba él solito tres bolas de gol seguidas.
Los nervios pasaban ahora a
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que veía cómo los cordobeses podían empatarle el partido a diez minutos de su final. Y así fue. David no desaprovechó la falta a favor del Estudiantes 87 y empató el partido. Ahora el Estudiantes 87 debía utilizar la cabeza y pensar en el juego. Se podía vencer al invencible.
La Real Sociedad
generó a la desesperada varias ocasiones de gol, la más importante una bola desde fuera del área que impactó en toda la escuadra de César. Pero la bola no entraba ni en una portería ni en otra.
A medio minuto del final del partido y cuando
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daba por hecho el empate, el Estudiantes 87 no bajó la retaguardia y Juanlu marcaba el tercer gol del equipo local.
La Real Sociedad
perdía por primera vez en toda la temporada, y se marchaba al vestuario con un cabreo monumental mientras todos los jugadores del Estudiantes 87 cantaban y celebraban la victoria bajo la lluvia.