La joven perdió un ojo tras la explosión de un petardo en la Nochevieja de 2008
La vida de Rocío Vázquez cambió la Nochevieja de 2008. La joven, vecina de la barriada rural de Los Albarizones, perdió un ojo tras recibir el impacto de un petardo cuando acababa de salir a la calle con su familia a felicitar a sus vecinas por la entrada del nuevo año. Desde entonces ha tenido que someterse a varias intervenciones quirúrgicas de importancia mientras esperaba impaciente que su caso pudiera ser juzgado. Todavía no hay fecha de juicio, tres años después.
Francisca Márquez, madre de Rocío, trasladó ayer su malestar por el hecho del que proceso se está demorando más de lo previso incialmente. “No queremos que el caso caiga en saco roto” afirma una mujer que vive a diario el sufrimiento de una hija que “aún tiene dos operaciones pendientes”. Y es que Rocío está a la espera de que “le tomen las medidas de la prótesis”. En principio, en mayo tiene previsto acudir a Madrid. Los médicos intentan reconstruir la zona de la cara dañada con trasplantes.
Todo este asunto está pasando factura psicológica a la protagonista de una historia trágica. “De ánimo hay días que está mejor”, dice su madre antes de reseñar “que no quiere quitarse el parche, pese a que el médico le ha recomendado que lo haga, porque el injerto tiene que tomar aire”.
El letrado Benito Rodríguez defendió los intereses de Rocío Vázquez durante meses, “pero ella no puede pagar, porque ahora sólo está cobrando unos 400 euros”, por lo que optaron por un abogado de oficio. Bueno, en realidad se trata de una abogada, Inmaculada Gilabert, que ayer aseguró a este medio que la demora que está sufriendo este caso “no es una excepción, pues los juzgados están muy atascados”.
Gilabert aseguró que “de momento no hay nada nuevo”. Lo último sobre este caso es que “se había recurrido por la parte de la defensa y estamos pendiente de la resolución”
“No se puede dejar que la justicia sea tan lenta”, reclama Francisca Márquez, una madre coraje que intenta que el suceso que cambio la vida de su hija no quede impune.