A finales de los 70 se puso de moda el término “hombre de teatro total”. Lo utilizaba frecuentemente el crítico Moisés Pérez Coterillo en el ‘ABC’ (donde firmaba como ‘Interino’, siempre en sustitución de Lorenzo López Sancho), o en las revistas ‘La Calle’ o ‘Pipirijaina’. Juan Mayorga, dramaturgo, filósofo, matemático, académico de la Lengua y Premio Princesa de Asturias de las Letras, es el hombre de teatro total de la escena actual, al menos el mejor. Ahora ha estrenado como intérprete en el madrileño Teatro del Barrio el monólogo ‘La gran cacería’, una obra, escrita por él, compleja, inquietante, adictiva y cultísima, que contiene, como una de sus principales lecturas, la advertencia sobre el riesgo de los totalitarismos que nos acechan. El espectáculo se estrenó el lunes 20 de enero, mientras Donald Trump tomaba posesión como presidente de EEUU. Ya lo escribió Pepe Viyuela en el ensayo sobre ‘El Mago’ (La Uña Rota, 2018): “Mayorga nos pone en guardia sobre la posibilidad de que estemos perdiendo el control de nuestro pensamiento y nuestra identidad en un mundo laberíntico, inexplicable y plagado de falacias”. Porque J.M. suele insertar alguna clave de la actualidad en sus obras, sobre todo en los monólogos, como ocurría en ‘Intensamente azules’.
‘La gran cacería’ subió por primera vez a las tablas en 2023, la han representado los actores Will Keen y Alberto San Juan, que acompañaron desde la platea del Teatro del Barrio a Mayorga, pero se trata de una obra muy Mayorga, por lo que gana con la interpretación del propio autor, porque el texto está lleno de constantes y lugares reconocibles de las piezas del dramaturgo, y protagonizado por el propio Mayorga suena a versión original, a autenticidad, a conversación en la intimidad de un café con el autor pese a las convenciones del teatro. Además, lo que refleja la función, sencillísima en la forma y muy compleja en el fondo, es a un hombre de teatro, Juan Mayorga, en plena forma. ‘La gran cacería’, como todas sus obras, contiene numerosas preguntas. “¿Qué quiere decir relacionarse con las cosas sin ninguna intención?”. Las respuestas quedan para el espectador. Todo arranca en una noche reflexiva de insomnio del protagonista durante una travesía en barco por el Mediterráneo y desemboca en un conmovedor trhiller. Un tigre amenaza con que necesita comer una enorme cantidad diaria de carne. Trump ya es presidente. Del teatro se sale con esa inquietud adictiva que siempre provoca el teatro sensacional de Juan Mayorga.
