Con la colaboración de ASG, la película de Imanol Uribe ?Miel de Naranjas? busca figurantes
“La cosa está muy mala”, dice Juan Álvarez, un parado con 43 años que se acerca al casting de la nueva película de Imanol Uribe. Con ese pensamiento tan filosófico y repleto de cargas existenciales son muchos los gaditanos llegados desde varios rincones de la Bahía que se presentaron en la jornada de ayer en las pruebas para reclutar extras en la Miel de Naranjas.
Una cinta ambientada en los años 50 y que muestra una historia de amor en un contexto histórico complicado del pasado siglo español.Desde las tres de la tarde un numeroso grupo de jóvenes se fueron agrupando en la sede del Instituto de Fomento, Empleo y Formación para pasar por un casting con muchos nervios porque “nunca se sabe lo que puede pasar con estas cosas”, esgrimía una esperanzadora señora que pretendía ser “fichada” por el encargado del casting. Miel de Naranjas, una nueva entrega de posguerra, es el siguiente trabajo del cineasta Imanol Uribe, que ya trabajara en Cádiz con La Carta Esférica, basada en la novela de Arturo Pérez Reverte.
Debido a esta experiencia, Uribe, de reconocido prestigio en el mundo audiovisual español, ha querido regresar a la Tacita para rodar un nuevo título para la cinematografía española.Desde la dirección del casting tienen claro que no quieren gente con elementos fuera de lugar de la época a la que antes se aludía.
Así, las rastas, los tatuajes, los pircings o los peinados modernos no tienen cabida. En la puerta de las pruebas muchos eran los jóvenes que poseía alguna característica citada anteriormente, pero eso no era una excusa para volver atrás. “Si hace falta me rapo hasta la cabeza”, comentaba un chaval de unos veinte años antes que el encargado del casting -por cierto, un recocido personaje de los grandes hermanos- le rechazara.
Y es que la situación económica que viven algunos no está para dejarse llevar por las modas visuales y sí por hacer lo que le pidan por tal, no ya de salir en la gran pantalla, sino de coger algo de dinerillo. Eso sí, de todos los que iban pasando por el lugar habilitado muy pocos conocían lo que iban a cobrar y menos las horas que podían echar. No obstante, alguno ya venía con la lección aprendida, máxime los más mayores, hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y 50 años que sabían que mostrar el amor por el cine daba puntos de cara a una posible llamada.
Una de las preguntas que despertaba el asombro de los participantes era la de “¿sabes disparar?”, todos se lo tenían que pensar un par de veces, antes de escuchar la siguiente cuestión “¿y montar a caballo?” Y es que para la película es necesario contar con soldados que sepan enfilar un arma y montar a caballo.
De entre los figurantes escogidos también se buscaban algunos que pudieran expresarse bien ante las cámaras, ya que alguno que otro contará con un pequeño papel “aunque sea de una frase”, como comentaba Juan Ramón Real cuando pasó por el casting.
Con tan solo quince años ya había participado con el grupo Balbo Teatro de El Puerto y, desde allí, se desplazó a Cádiz para conseguir tener un papel insignificante hoy, pero que le puede suponer una experiencia muy gratificante de cara al mañana. ¿Economía o romanticismo?