Usain Bolt se ganó el perdón que había pedido al público por su descalificación en la final de 100 metros y regaló a los aficionados una recta final majestuosa que coronó el triunfo del relevo jamaicano 4x100 con un nuevo récord mundial (37,04), el único de los campeonatos.
Bolt llegó con media recta de ventaja sobre el representante francés, después de forzar la máquina a tope con la esperanza de hallar una marca redentora.
El equipo de Jamaica, con el campeón de 100, Yohan Blake, y el de 200, Bolt, no admitía parangón en la carrera que puso fin a los campeonatos, y el fallo de Estados Unidos, que no acertó a realizar la última entrega, no hizo sino agrandar la ventaja jamaicana sobre el segundo.
Bolt paró el crono de meta en 37.04, seis centésimas su marca ganadora de la final de Berlín 2009, y junto con Nesta Carter, Michael Frater y Yohan Blake completó una vuelta a la pista imperial, siempre por delante del equipo de Estados Unidos, que en su afán por perseguir la victoria falló en la última entrega: Darvis Patton tropezó y no pudo pasar el testigo a Walter Dix.
Francia consiguió la medalla de plata con 38.20 y San Cristobal y Nieves el bronce con 38.49.
Los campeonatos del mundo terminaron con un doble enfrentamiento entre Estados Unidos y Jamaica en los relevos 4x100 y el oro estuvo repartido. El equipo isleño masculino aplastó a todos sus rivales, y en la carrera femenina Carmelita Jeter coronó el triunfo norteamericano con un registro de 41.56, por delante de Jamaica, que, con la campeona de 200 Veronica Campbell en la última posta, hizo récord nacional con 41.70, y de Ucrania (42.51).
En 800, la rusa Mariya Savinova llegó desde atrás para arrebatar el título mundial de 800 metros a la sudafricana Caster Semenya, batiéndola en un largo esprint que acabó con la mejor marca mundial del año (1:55.87).
Semenya deseaba dejar atrás el calvario que padeció a partir de agosto del 2009, cuando hubo de someterse a un proceso de verificación de sexo y no pudo competir durante once meses.
En la final estaban también la campeona del 2007, la keniana Janeth Jepkosgei, y la más rápida del año, la rusa Mariya Savinova, campeona de Europa. Entre las tres debían repartirse las medallas, y en efecto lo hicieron, pero Savinova fue la más rápida.
Jepkosgei había pasado por delante al toque de campana en 55.5. Semenya maniobró en la contrarrecta y salió de la última curva con dos metros de ventaja, pero la punta de velocidad de Savinova sentenció.
El británico Mo Farah, derrotado en el último suspiro por el etíope Ibrahim Jeilán en la final de 10.000, se tomó el desquite, una semana después, al proclamarse campeón mundial de 5.000 con un tiempo de 13:23.36.
En ausencia del etíope Kenenisa Bekele, que regresó a casa tras retirarse en 10.000, Farah y Merga estaban llamados a librar el gran duelo por el título después de haberse disputado la medalla de plata el domingo anterior.
Igual que en 10.000, el británico partía con la mejor marca mundial del año (12:53.11) y cumplió el pronóstico con un ataque sostenido, a 500 metros de la meta.
Farah no hizo más gasto durante la carrera que el de acercarse a la mesa de avituallamiento para refrescarse. Etíopes y kenianos se alternaron en cabeza, pero cuando el británico, somalí de origen, tomó el mando fue con efectos definitivos.
El estadounidense Bernard Lagat, pese a que con 36 años carece ya de la punta de velocidad de 2007, cuando en Osaka conquistó el doblete 1.500/5.000), fue segundo con 13:23.64.
El otro favorito, Imane Merga, termino tercero con 13:23.78 pero fue descalificado por pisar fuera de la pista y su medalla de bronce fue para su compatriota Dejen Gebremeskel (13:23.92).
La rusa Tatyana Lysenko celebró su regreso a la competición tras cumplir dos años de sanción por dopaje conquistando el título mundial de martillo con una marca de 77,13 que relegó al segundo puesto a la plusmarquista mundial, la alemana Betty Heidler (76,06).
La final de jabalina ofrecía a Heidler, que el mayo batió en Halle el récord mundial con 79,42, la ocasión de tomarse el desquite de su derrota en el Mundial anterior frente a la polaca Anita Wlodarczyk, que desairó a la alemana antes sus paisanos.
Desde entonces Heidler, que ya fue campeona mundial en 2007, ha progresado hasta convertirse en la número uno del mundo, las dos últimas temporadas.
Pero el concurso discurrió por un guión imprevisto. Lysenko lanzó 77,09 en la segunda ronda, poniendo el oro a muy alto precio, y la china Wenxiu Zhang abrió con un tiro de 75,03 que le ponía también por delante de las favoritas al término de tres rondas.
En la penúltima ronda Heidler trepó al segundo puesto con 76,06 pero enterró todas sus esperanzas con un nulo en el último intento.