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Jueves 14/11/2024
 
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Andalucía

Francisco afirma que la crisis le impidió pagar el Maseratti con comisiones inmobiliarias

Ha asegurado que la crisis en ese sector le impidió cumplir con el compromiso de pago acordado, consistente en abonar el vehículo con cargo a las comisiones que iba a percibir por mediar en la venta de viviendas del constructor

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  • El cantante -

El cantante Francisco, juzgado este miércoles en Alicante acusado de estafa, ha asegurado que no tuvo intención de engañar al empresario inmobiliario Andrés Ballester en la compra hace nueve años de un Maseratti valorado en unos 80.000 euros, ya que ha asegurado que la crisis en ese sector le impidió cumplir con el compromiso de pago acordado, consistente en abonar el vehículo con cargo a las comisiones que iba a percibir por mediar en la venta de viviendas del constructor.

   Así, ha defendido su inocencia y ha apuntado que "la crisis inmobiliaria" le impidió cumplir con este compromiso de pago acordado de forma verbal "entre caballeros". "Entre caballeros quedamos en que me quedaba con el coche a cambio de las comisiones por la venta de las viviendas", ha explicado en su declaración ante la sala, para reconocer acto seguido que "no lo necesitaba" pero se lo quedó porque le gustan los deportivos "como a todos los hombres".

   Acompañado de su abogado, el artista ha entrado a la Audiencia a las 10.00 horas de este miércoles sin detenerse ante los numerosos medios de comunicación que le esperaban. El fiscal ha mantenido tras el juicio una petición de tres años y medio de cárcel para el cantante, que la acusación particular eleva a cinco, mientras que la defensa reclama la libre absolución.

   En su relato de los hechos, Francisco ha recordado que tenía una relación comercial "cordial" con el empresario, e incluso colaboraba con él atrayendo posibles compradores a la promoción de viviendas que éste tenía, labor por la cual habían acordado "verbalmente" que recibiría una comisión de entre el cinco y el 10 por ciento del precio de las viviendas vendidas gracias a su mediación.

   El cantante, aficionado según ha dicho a los coches deportivos, en 2003 se interesó por el Maseratti que Ballester tenía a la venta en un negocio de compraventa de coches, y en enero de 2004 formalizaron la venta a través de un contrato que, según ha dicho, "de buena fe" firmó "sin leer".

   De acuerdo con su testimonio, las partes habían acordado cubrir los 80.000 euros "únicamente" con cargo a las comisiones por la venta de viviendas, si bien el empresario y el director de finanzas de su grupo inmobiliario este miércoles en su declaración ante el juez han negado este extremo y han asegurado que el documento reconocía la posibilidad de devengar estas comisiones, pero comprometía al artista a pagar en cualquier caso el coche en un plazo máximo de seis meses.

   Ante el impago del importe, en un segundo contrato firmado en septiembre de 2006, las dos partes acordaron un nuevo plazo de un año para hacer efectivo el pago, al que se añadieron 8.000 euros en concepto de intereses, que tampoco fue atendido por el cantante pese a los requerimientos del empresario.

"LADRILLO" PARA SALDAR LA DEUDA

   El acusado ha explicado que "carecía de liquidez" para pagar el coche, y "para resolver todo el problema" en 2007 ofreció que le devengaran el pago de las comisiones del importe del coche, en lugar del importe de la vivienda que había adquirido en la misma promoción del empresario, de la que le descontaron alrededor de 100.000 euros. "Me dijeron que no querían ladrillo, sino dinero, me obligaron a escriturar y me denunciaron", ha señalado.

   A lo largo de su declaración, Francisco además se ha referido a un reportaje en una revista corporativa del grupo Ballester en el que había participado. Por este concepto y por su labor de mediador, ha afirmado que Ballester "le debía dinero", si bien no ha concretado a cuánto ascendería esa supuesta deuda, porque su relación laboral con el promotor era "verbal" y él "sólo" controlaba "mentalmente" las ventas que realizaba.

   El querellante sin embargo ha defendido que no tiene deudas con el artista, y ha mantenido que a la fecha del contrato, la empresa ya le había pagado las comisiones por "las dos o tres operaciones en las que había mediado".

VOLUNTAD DE ENGAÑO "CLARA Y CRISTALINA"

   El fiscal y la acusación particular han considerado demostrado que "no pensó pagar el coche en ningún momento salvo que pudiera devengarse alguna comisión".

   En este sentido, han incidido en que, entre la firma de los dos contratos, Francisco vendió el Maseratti junto a otro coche de su propiedad a cambio de un vehículo de alta gama de la marca Bentley valorado en entre 120.000 y 150.000 euros, operación que no comunicó al promotor, quien no supo de la venta hasta el año 2008.

   El fiscal, que mantiene su petición de una pena de tres años y medio de prisión y el pago de 88.400 euros en concepto de indemnización por estafa, estima probado que Ballester no tenía ninguna deuda con Francisco, y considera que "después se ha inventado la historia de que quería pagarlo con el devengo de las comisiones".

   De lo contrario, mantiene el ministerio público, "no habría aceptado que se añadiera un plus en el pago de los intereses recogido en el segundo contrato y habría aludido a las supuestas deudas pendientes a lo largo de los últimos nueve años".

   Por todo ello, ha calificado los dos contratos como "los instrumentos jurídicos criminalizados" que el cantante utilizó para llevar a cabo la estafa.

   El abogado de la acusación particular ha coincidido "plenamente" con la exposición de los hechos del fiscal, y ha subrayado que la "voluntad de Francisco de engañar es clara y cristalina". "¿Por qué no devolvió el coche, si no lo necesitaba y no podía pagarlo?", se ha preguntado el letrado.

   Por su parte, el abogado del cantante sin embargo ha pedido la libre absolución y ha asegurado que no hay pruebas de que quisiera engañar a Ballester "para doblegar su voluntad". Además, ha destacado que la firma "de buena fe" de los dos contratos revela que no hubo este interés delictivo, porque "reconocía la deuda y proveía al empresario de un documento para sustentar su reclamación"

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