Esta semana hemos querido conocer a Ignacio Rodríguez Para, un gaditano que se dedica al mundo de las caricaturas de una forma muy especial. Trabaja a través de internet, de manera que el cliente sólo tiene que enviarle una foto y él se encarga de reenviársela caricaturizada con insólita maestría, amén de que el abanico de oferta es amplio y muy atractivo, puesto que juega con los tamaños y las calidades del trabajo.
Bajo el nombre artístico de ‘Ignotus’, este gaditano explica que realiza “caricaturas personalizadas individuales, en pareja o grupo, con distintas calidades, basadas en las fotografías que me envían. Pueden ser bocetos en blanco y negro o dibujos a todo color, con diferentes estilos, en función del gusto del cliente, hay a quien le gusta más el estilo acuarela y carboncillo, otros prefieren el estilo acrílico, con colores más vivos”.
La novedad reside igualmente en que “todos los dibujos se entregan de forma digital, en formato JPG, directamente al correo electrónico del cliente. Tenemos desde el tamaño pequeño, de 400 x 500 píxeles, hasta el tamaño póster de 3508 x 4961 píxeles, que se puede imprimir a máxima calidad con una altura de 1.5 metros aproximadamente”, a lo que añade que “por supuesto aceptamos cualquier sugerencia tanto de tamaño como de estilo”.
‘Ignotus’ señala que “el atractivo de tener el archivo, y no una copia impresa es innegable, se puede utilizar de mil y una formas, en tazas, póster, lienzos, pegatinas, como fondo de pantalla, como avatar en redes sociales…”. La forma de contacto es a través “de mi blog http://caricaturasignotus.wordpress.com o a través de facebook https://www.facebook.com/CaricaturasIgnotus o directamente en mi correo electrónico caricaturasignotus@gmail.com y la forma de pago es muy sencilla, a través del correo ‘Paypal’, con visa o transferencia bancaria, con un solo clic”.
El proceso es el siguiente. “Una vez recibida la foto o fotos del cliente a través del correo electrónico, me pongo manos a la obra, y trabajo en función de la demanda, no hay plazos fijos, aunque no suelo tardar más de una semana. Una vez terminada la caricatura, envío el enlace de pago al correo del cliente, y tras confirmar el ingreso, envío el archivo inmediatamente. Así de sencillo”.
Cuestionado sobre su volumen de trabajo, contesta que “aún es pronto para hacer estadísticas del volumen de trabajo, acabo de comenzar mi andadura profesional en este campo. Sobre la crisis, son malos tiempos para todos, pero espero tener más proyección en el futuro”.
Este artista gaditano, que actualmente reside en Monesterio (Badajoz), recuerda que “el dibujo siempre me ha acompañado, ha sido mi afición desde siempre. Mi carrera en Ciencias Químicas fue otra etapa más de mi vida, y el dibujo también estuvo presente en ella”. De hecho, “comencé a realizar caricaturas en la facultad, para la revista universitaria ‘Aula 13’. El decano, el rector y todo el profesorado fueron presa fácil para mí, estaban siempre en el punto de mira”.
Sobre quién ha sido su inspiración en el mundo de las caricaturas, señala que “no tengo un modelo en concreto, siempre he estudiado con interés todas las ilustraciones y caricaturas de los periódicos y revistas en general”.
Su nombre artístico nace porque “cuando comencé a realizar caricaturas, busqué un seudónimo para que no me reconocieran, e investigando el origen de mi nombre, Ignacio, encontré que podía venir de ígneo o ignotus, lo del fuego no me convenció pero lo de ignotus (desconocido) me venía como anillo al dedo”.
Ignacio Rodríguez está muy ilusionado con esta aventura laboral, porque como él mismo explica, “la verdad es que hacer algo que te gusta de verdad y conseguir rentabilizarlo es estupendo, aunque también hay días en los que cuesta inspirarse y, no nos engañemos, todo trabajo conlleva una responsabilidad. En realidad mi trabajo siempre ha sido la docencia, así que no me he apartado del todo de la química, y lo bueno de tener un negocio en la red es que no tienes horarios fijos, así que se puede compaginar perfectamente”.
Sobre si se ha aventurado en el mundo del cómic o de la pintura, explica que “siempre he sido un ávido lector de cómic, pero nunca he trabajado en las novelas gráficas. En pintura, me gustan el gouache, los acrílicos y la acuarela, pero siempre como aficionado”. Su otra pasión “es laa música. Desde los años noventa soy armonicista de Blues, y colaboro de vez en cuando con grupos locales, como La Fina, un grupo que hace versiones de canciones de los 60 y 70, aquí en Monesterio”.
Y es que se fue de Cádiz hace ahora “catorce años. Echamos (él y su pareja) raíces en tierras extremeñas por cuestiones laborales. Siempre echaré de menos Cádiz, su mar y su gente, y lo que más echo de menos por supuesto es la familia y los buenos amigos que aún tengo allí. Es difícil que vuelva, mis hijos son ya pacenses y la vida aquí es estupenda, el carácter extremeño es fantástico y me siento realmente acogido entre ellos, Extremadura es ya mi hogar. Pero nunca se sabe, la vida da muchas vueltas, y aún soy joven”.