La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) asegura que, de cumplirse las previsiones de crecimiento del 3,3% para este año y del 3% para 2016, España habrá recuperado a finales del próximo año todo el Producto Interior Bruto (PIB) perdido durante la recesión.
No ocurrirá lo mismo con la ocupación, pues, en este mismo escenario, Funcas calcula que sólo se recuperará una tercera parte del empleo destruido en la crisis, situándose la tasa de paro en el entorno del 20%.
En su último número de 'Cuadernos de Información Económica', Funcas explica que la revisión al alza de sus previsiones de crecimiento hasta el 3,3% en 2015 y el 3% en 2016 (cifras que coinciden con el último cuadro macroecónomico del Gobierno), se debe a factores externos positivos, factores endógenos de estímulo fiscal y a los resultados de las reformas estructurales, que han impulsado la recuperación económica en España.
No obstante, advierte de que el "agotamiento progresivo" de los efectos expansivos de algunos de estos factores dará lugar "muy probablemente" a una desaceleración de la economía partir del tercer trimestre de 2015.
Con la vista puesta a largo plazo, Funcas recomienda en este artículo, elaborado por el profesor Ángel Laborda y la economista María Jesús Fernández, seguir una estrategia de política económica que eleve el potencial de crecimiento, afrontando las "debilidades" y "deficiencias" del sistema productivo.
RIESGOS PARA LOS OBJETIVOS DE DÉFICIT.
Sobre el déficit público, Funcas apunta en un artículo del catedrático Santiago Lago que el horizonte de consolidación fiscal "se percibe como factible, pero ambicioso". El Gobierno prevé que en el periodo 2015-2018, el déficit público se reduzca 5,4 puntos del PIB, el 31% como resultado directo de sus medidas y el 69% por la mejora de la coyuntura económica.
Según Lago, este objetivo está sujeto "a riesgos no desdeñables" por la mayor incertidumbre de la coyuntura a partir de 2017, la renuncia a incrementar los ingresos y la "indefinición" de algunas medidas de ahorro.
Funcas avisa además de que si se cumplen las perspectivas de gasto público contempladas en el Programa de Estabilidad 2015-2018, el gasto en educación se situará en 2018 en el 3,7% del PIB, a la cola de los países de la UE, mientras que el gasto sanitario se vería congelado en términos corrientes (5,3% del PIB en 2018).