La Hermandad de Jerez atisba ya la aldea del Rocío

La Hermandad del Rocío de Jerez se encuentra ya en el entorno de la aldea almonteña, después de que ayer completara la jornada más dura del camino que iniciara el miércoles en Santo Domingo. Los romeros jerezanos reemprendieron la marcha sobre las ocho de la mañana, abandonando el paraje de Carboneras, donde había quedado instalado el campamento el día anterior. La noche había sido relativamente tranquila, toda vez que la comitiva acusó el cansancio de una jornada que había estado marcada por el levante y el mal estado de las arenas. 

Pasadas las diez de la mañana, los romeros compartieron eucaristía en el cerro de los Ánsares, en el que sin duda constituye uno de los momentos más emotivos del camino de Jerez, de ahí que fuera aprovechado por muchos para celebrar su bautismo rociero. 

El director espiritual, fray Martín Alexis González, tuvo palabras para quienes recibían la medalla de la hermandad, así como para quienes la portan desde hace ya muchos años. “La medalla de Jerez no se compra, se gana todos los días, compitiendo en amor y respeto”, advirtió el dominico. 

“La medalla no es para colgársela una vez al año, es para todos los días. Tiene que hablar y hay que atender a su mensaje. Haz el silencio y escucha a tu medalla, que tiene muchas cosas que decirte”, añadió fray Martín Alexis, que animó a los rocieros a portar esas medallas “con dignidad”. “¿Queréis que no se os caiga al suelo? Pues ya sabéis lo que tenéis que hacer: vivir como cristianos junto a quienes más sufren”, subrayó. 


Buscando el Sopetón y guaperal 

Luego llegaría el rezo del Angelus, ya en el Cancelín, en el transcurso del cual se escucharon sevillanas en honor de la Blanca Paloma. Con algo menos de levante que en las jornadas anteriores, pero con las arenas muy sueltas, reemprendió el camino la comitiva jerezana, en busca del rengue de almuerzo en el Sopetón. El paso de los carros y los vehículos de tracción mecánica por este paraje resultó ciertamente complicado, aunque no tanto como lo había sido por el itinerario que, en la tarde del jueves, llevó a los romeros a Carboneras. 

En cualquier caso, las arenas del Parque Natural de Doñana pusieron de nuevo a prueba la pericia de carreros y conductores. 

Como viene siendo tradicional, tras el almuerzo en el Sopetón muchos peregrinos continuaron su marcha hasta la aldea almonteña, transitando por el Palacio de Doñana camino de La Raya. La carreta del Simpecado quedó acompañada por un escogido grupo de rocieros, que esperarán hasta hoy para postrarse ante la Blanca Paloma. 
Este último reducto pernoctó en Guaperal, muy cerca ya de la Aldea del Rocío. Desde allí iniciará hoy sábado el último tramo del camino, el que le llevará ante el santuario. 

La de Jerez será una de las 16 filiales que concluirá hoy su camino. De este modo, todas las hermandades estarán ya en la aldea, después de ayer fueran 54 las que finalizaran su andadura y el jueves lo hubieran hecho otras 37. Todas ellas participarán hoy en la presentación ante la Hermandad Matriz de Almonte, en lo que constituye la inauguración oficial de la romería. 

La Hermandad de Villamanrique de la Condesa, la más antigua de todas, se presentará a las doce del mediodía. En esta ocasión lo hará de la mano de la del Puerto de Santa María, al celebrar ésta última el cincuentenario de su reorganización y haber sido apadrinada en su momento por la primera. Posteriormente se presentarán, por este orden, las hermandades de Pilas, La Palma, Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Triana, Umbrete, Coria del Río, Huelva, San Juan del Puerto, Rociana del Condado, Carrión de los Céspedes, Benacazón, Trigueros y Gines, que precederá a la de Jerez, que como es tradicional será acompañada por cientos jerezanos que se desplazarán hoy mismo por carretera hasta la aldea almonteña. 

La presentación de las hermandades se prolongará hasta ya entrada la noche, siendo la sevillana de Morón de la Frontera la última en postrarse ante la Blanca Paloma.