Las redes sociales bullen ante la noticia de que nuestra Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de 2017 estará dedicada a la vecina localidad de Jerez de la Frontera.
Nada que objetar sobre dicho municipio. Se critica que es una población demasiado cercana, pero también se encuentra muy próxima Cádiz y no fue óbice para dedicarle nuestra fiesta en 2011.
Hay que mirar el lado bueno: las dietas y kilometraje que pasen los concejales del bipartito cuando vayan a presentar el cartel (si todavía se mantienen) van a ser muy económicas.
También se comenta que no tiene sentido dar a conocer nuestra feria entre aquellos que ya tienen un festejo con iguales características y, casi en las mismas fechas.
Indicar que en idénticas circunstancias estaría Sevilla y la feria de El Puerto se le dedicó el pasado 2015.
Otra cuestión es que se pierda la oportunidad de promocionar nuestra localidad entre aquellos que no nos conocen, aunque si la promoción se reduce a la reunión de nuestros concejales con las autoridades del municipio, provincia o región elegida, como ha sucedido muchos años, mejor olvidarnos.
Lo que llama la atención de la elección de Jerez de la Frontera es el proceso seguido para ello. Se ha recurrido a la PARTICIPACIÓN CIUDADANA VINCULANTE, lo pongo en mayúsculas dada la significación del hecho en sí, aunque no concuerde con la importancia del asunto abordado.
En la pasada legislatura se podía escuchar por los megáfonos, tras las pancartas, e incluso en las intervenciones de los plenos, con total desplante de las elementales reglas democráticas, que los partidos que gobernaban, y que habían obtenido en las urnas el respaldo de 19.544 votos, no representaban a los portuenses.
Pero ahora 430 opiniones han sido suficientes para decidir a quién dedicamos nuestra principal fiesta. ¿De ellos, cuántos han votado por Jerez y por otros municipios? Cuando se decidió ampliar la votación, ¿qué localidad era la más votada?
Estaba claro para muchos, al iniciarse esta pantomima, que saliese la localidad que fuese, casualmente tendría un alcalde/alcaldesa socialista. Y la falta de transparencia les está dando la razón.
La PARTICIPACIÓN CIUDADANA, es propósito de mucha enjundia como para zarandearse en asuntos secundarios y utilizarse como columna de humo que distraiga la atención de los temas verdaderamente relevantes hoy en día en El Puerto.
Y, desde luego, no puede suplantar la responsabilidad en la acción de gobierno de aquellos que se presentaron y fueron elegidos para ser nuestros gestores en la administración local.
