El delegado de Cultura, Antonio Muñoz, ha felicitado a Málaga por su nuevo museo de la Aduana; ha dicho que ha apostado en los últimos años por un modelo de crecimiento museístico “franquiciado por los grandes museos de Europa” y ha reconocido nuestras “asignaturas pendientes” del Bellas Artes y el Arqueológico.
Nos sumamos a esa felicitación por lo que supone el nuevo museo de enriquecimiento del patrimonio cultural andaluz y porque como siempre hemos apoyado el eje Sevilla-Málaga, confiamos en que al menos una parte del turismo cultural que acuda a la capital malagueña recale en nuestra ciudad. Yerra en parte el delegado porque el de la Aduana no es una franquicia externa, sino genuinamente nacional.
De los casi 40 museos malagueños, sólo dos están asociados a grandes centros extranjeros, el Museo Ruso de San Petersburgo y el Centro Pompidou francés, que tienen más de 400.000 y de 100.000 obras de arte, respectivamente, y que se pueden permitir el lujo de alquilar una pequeña parte de las mismas para su exposición temporal en la Costa del Sol.
Málaga, una vez más de forma inteligente, supo ver y aprovechar esa posibilidad, que a falta de un museo dedicado a Sevilla propusimos también en su día, sin éxito, para las Atarazanas. Mientras allí abren un museo tras otro, aquí pasan los años y nada se mueve en tal sentido. Málaga, todo un ejemplo para Sevilla.