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Fábulas

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Han tardado nuestros políticos en reaccionar al movimiento popular contra el trazado, destrozo y coste del carril-bici de la Avenida del Carmen. Ha tenido que ser Rafael Montesinos, parece que el único de la oposición que no sestea en Agosto, quien lo hiciera. Y los rumores apuntan a que no ha gustado. Promete divertimento la polémica entre los dos últimos responsables de la cosa de las obras y el previsible !Y tu más! que se producirá en breve, no lo duden. Es probable que la polémica incorpore nuevo actores, la calle Terraza no quedará exenta en su última remodelación, con la eliminación de la rotonda y el disparate del giro a la izquierda. Apuesten en contra que perderán.


Mientras esto ocurre, nuestro alcalde recupera la ironía perdida en sus últimas intervenciones periodísticas, contra el régimen se vive mejor y fluyen los pensamientos, y mediante fábula bien escogida, llega a la conclusión de que las cosas van bien. Al menos para él. Claro que, como ya he dicho en alguna otra ocasión en esta página, parafraseando a un extremeño de pro, "quien a si mismo se capa, buenos cojones se deja". Es decir, alcalde, que de la misma forma que no hay dos sin tres, a la tercera va la vencida. Ya sabes, el color del cristal con que se mira.
Los ciudadanos, alcalde, no lo perciben de la misma manera. A quienes todavía tienen empleo les preocupa perderlo, a quienes ya lo han perdido, el fin de la prestación, a unos y otros la hipoteca, el IBI - vaya tela - la basura disparatada, ahora el alcantarillado y, entre medias, el recibo de la luz, entre corte y corte. Los comerciantes protestan por la ocupación del paseo marítimo, pero no se mueven para ser ellos quienes aprovechen la posibilidad de hacerlo, los paseantes por los marmotretos en forma de bicicletas que ocupan sin licencia, si han leído bien, sin licencia, únicamente con un permiso verbal, el paseo marítimo y ponen en peligro a los viandantes creyendose en un velódromo. Luego, cuando suceda una desgracia, vendrá el llanto y crujir de dientes, las quejas contra los funcionarios por informar contra las decisiones del gobierno y, vuelta a empezar, presiones y más presiones, por cumplir con la obligación de poner por escrito la legalidad a cumplir o la no cumplida.

Ayer, viendo tu plural televisión, aparecieron unas imágenes tomadas en la barriada de Isdabe. Créeme, me recordaron viejos tiempos. El líder, rodeado de su coro de palmeros, protegido, adulado por los fieles - que no leales - y separado de los ciudadanos que sólo pueden acercarse si son elegidos por la guardia pretoriana.
Por si te sirve de algo, espero que por el bien común así sea, Esopo tenía para todos: "Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al comtemplar su hermosa cornamenta, sintióse orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas. Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle. Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.

Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león. A punto de morir, exclamó para sí mismo: -- ¡ Desdichado ! Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me pierden.

No creo, alcalde, que sean necesarias más palabras. Una cosa es predicar, otra dar trigo. Gobernar es gestionar, pactar, consensuar y cumplir los mandatos del Pleno. Lo otro, negarse a recibir los acuerdos del mismo para alargar la agonía, tiene un nombre en el diccionario jurídico. Rectificar es de sabios y perseverar en el error de necios. Toca elegir.

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