Ante los claros indicios de financiación ilegal, Rajoy debe forzar ceses en su partido si no quiere perder credibilidad ante sus votantes
Cuando más posibilidades tiene de poder acceder al Gobierno -las encuestas le daban hace poco ventaja sobre Zapatero- a Mariano Rajoy se le multiplican los informes policiales y se le rebelan los barones de su partido. Lo que empezó siendo el regalo de unos trajes “a cambio de nada”, según los ‘populares’, se ha convertido en toda una trama de presunta financiación ilegal que salpica, cuanto menos, al vicepresidente de la Generalitat valenciana, Vicente Rambla; y al secretario general del PP en Valencia, Ricardo Costa. La reacción primera del partido ante la noticia ha sido acusar al Gobierno, a la Policía y a la Fiscalía de conspirar contra el PP, pero ante los claros indicios de financiación ilegal no ha tenido más remedio que pedirle a Francisco Camps la cabeza de sus dos hombres de confianza ¿Y qué ha respondido Camps? Que no, que no piensa cesar a nadie y si alguien tiene que dimitir es Zapatero. Rajoy se reúne casi en secreto con Camps para pactar una salida ante el caso Gürtel, María Dolores de Cospedal se hace eco de las voces de su partido que apuestan por los ceses ejemplarizantes, mientras Camps se aferra a su mayoría absoluta, que tanto precisa Rajoy, para mantener a su equipo en sus asientos. Mientras, los informes de presunta financiación ilegal se suceden también en Madrid. Rajoy debe hacer una limpia urgente en su partido si no quiere perder la credibilidad y el liderazgo ante sus votantes.