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Teología de Málaga

Teología de Málaga. Silencio

Tal vez todo malagueño debería saber, pero seguramente no sepa, que las obras del metro han permitido excavar un enclave de la Málaga musulmana

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Tal vez todo malagueño debería saber, pero seguramente no sepa, que las obras del metro han permitido excavar un enclave de la Málaga musulmana, en principio datado entre los siglos XI y XIII, amplio y en buen estado. Al pasar por la Avenida de Andalucía en autobús, impresiona. Claro que, si no pasas por allí en autobús, probablemente usted ni siquiera lo haya visto. Por eso algunos ciudadanos en las redes han llamado la atención sobre el extraño silencio de los medios, con la excepción de Málaga Hoy en los últimos meses, y la Cadena SER finalmente. Aquí, donde hay vestiduras rasgadas y gritos en el cielo y en los titulares si desaparece un comercio de los años setenta como si expoliaran nuestro patrimonio esencial, parece que se ha impuesto el silencio sobre este asunto.

¿Cómo es posible?

Incluso a los menos partidarios de las teorías de la conspiración no deja de resultarnos demasiado raro. En esta ciudad tan ruidosa, si hay algo que se oye bien es el silencio. De ahí que sea inevitable preguntarse: ¿Por qué tanto silencio? Cuesta creer en ningún pacto, en ninguna clase de omertá, pero también cuesta creer en ese silencio. Era notorio que el Metro destaparía restos arqueológicos, y así ha sido: que si un alfar de la época púnica que se remonta incluso al siglo VI antes de Cristo, que si la necrópolis romana de Calle La Unión, que si almacenes de la Vrbs o necrópilis islámicas, que si un alfar almohade de la Plaza de la Solidaridad, que si la muralla y la puerta del arrabal de Attabanim en el Perchel, que si los restos del Fuerte de San Lorenzo del S.XVI que se han trasladado … Todo esto era previsible. Pero estos restos de la Málaga musulmana, que en el siglo XII ejercía de puerto natural del Reino de Granada para exportar seda y otro productos hacia los mercados mediterráneos, tienen otra escala según los expertos.

Así pues. ¿Cómo es posible tanto silencio?

A falta de una respuesta para esa pregunta, al final se ha abierto paso la teoría de la influencia política del Metro y, ay, la publicidad institucional. Lo cierto es que el Metro ha logrado silenciar, desde siempre, muchas de las polémicas que persiguen a esta infraestructura costosa y subvencionada de impacto muy relativo en la movilidad urbana pero que se activó como coartada para activar también Sevilla. Ahora, después de mucha bronca política, Moreno Bonilla y Bendodo se han comprometido a acelerar las obras al centro, y, claro, los restos arqueológicos pueden ser un inconveniente, porque además ellos habían hecho circular la idea de que la lentitud era una confabulación socialista contra Málaga. Mal asunto si ahora se les ralentiza. Quizá por eso la delegada de Cultura ha dicho que “allí no parece que haya nada de calado suficiente como para que haya que paralizar la obra o tomar medidas de otro impacto”. En fin, tal vez todo eso explique tanto silencio.

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