Se celebra en Londres (de octubre a enero) una muestra del arte español sacro. Ese arte barroco, gótico que tantos elogios hemos merecido como manifestación de una España que en su época dorada fue y es ad-mirada (con d de dedo) por todo el mundo.
Se celebra en Londres (de octubre a enero) una muestra del arte español sacro. Ese arte barroco, gótico que tantos elogios hemos merecido como manifestación de una España que en su época dorada fue y es ad-mirada (con d de dedo) por todo el mundo.
Podría hablaros de la España gótica que marcó una época de realce espiritual tan alta como las torres puntiagudas de sus catedrales enmarcada entre los siglos XII y XVI.
Podría hablaros del gótico en la arquitectura religiosa o civil, en la escultura, en tantas vidrieras y pinturas murales, en manuscritos y en las artes decorativas.
El inicio de la denominación “gótico” fue despectivo pues hacía referencia a los godos que como bárbaros que eran invadieron la península.
Con el paso del tiempo significó la época del arte más excelsa que ha habido.
Pero ahora España también es ab-mirada (con b de burro) por el todo el mundo, pero no por el arte sino porque somos un país en crisis, somos un país donde más que cuidar a los niños que nos nacen (verdadero potencial humano de cualquier nación) mimamos a las que dicen que quieren abortar para que no tengan ningún impedimento jurídico ni médico, y para que los trastornos psicológicos que vayan a tener por haberse “desprendido” de sus hijos, no sean tan graves ni las vaya a llevar al suicidio.
Hoy España es ab-mirada (con b de burro) porque es un país sin reparos para proteger y fomentar todo lo macabro y un modo indigno de vida que lleva a la degradación de las personas y de las sociedades.
Ha sido polémica la famosa foto oficial que la familia Zapatero se ha hecho con el matrimonio Obama.
Se ha dicho que hay un derecho a la intimidad sin querer ver que es una visita oficial a Estados Unidos.
No es más que una tonta excusa para camuflar la imagen gótica de las hijas de ZP como prototipo de una generación que refleja la España actual.
Una España, quieras o no quieras, que es la España de hoy, para bien y para mal.
La España que te da mil comodidades y te sustrae la dignidad de sentirte y de ser persona.
Una España del todo vale si me interesa, del vale ya para ocultar los crímenes de Estado, la del linchamiento de embriones y fetos humanos a costa del placer justificado.
Hoy lo gótico renace en su primer significado, el más primitivo y bárbaro.
Porque cuando el mal se convierte en el “bien” que deseamos no nos queda más que clamar misericordia para
que nos devuelvan al bien sin comillas.
Dice Sott Hahn en su obra La cena del cordero:
“¿Y qué pasa cuando toda una nación ha caído en un error grave y habitual. Funciona el mismo principio. Dios interviene permitiendo una depresión económica, una conquista extranjera o una catástrofe natural.
Bastante a menudo, una nación provoca estos desastres a causa de sus errores”.
La foto famosa es un retrato de la España que aspira a codearse con la libertad, la belleza y el bien, pero que viste con cadenas, de riguroso negro zahino y con una expresión de desencanto. Qué barbaridad de neo-godos.
Esta es la nueva España gótica.