El derecho de gracia, su salida

Tras llevar meses viviendo un auténtico calvario y temiendo por la vida de su hermano, de 45 años, preso en una cárcel de Perú, Loles empieza a ver algo de luz a un túnel en el que Martín De Porres Hernández se adentró de lleno hace dos meses, cuando tuvo que ingresar en un hospital a causa de una infección galopante que lo tiene postrado en una cama, a la que está esposado en todo momento.

Hace unos días, consiguió hablar por teléfono con él gracias a la mediación de una monja, la hermana Mercedes, a la que nunca podrá olvidar.

“Escuchar su voz me dejó mucho más tranquila, aunque él (por su hermano) se vino abajo. No es un delincuente, cometió un error (fue detenido por traficar con drogas), pero no se merece lo que está pasando”.

Pero las buenas noticias no acaban aquí. Un primo de Martín viaja en estos momentos rumbo a Perú para estar con él y realizar personalmente gestiones diplomáticas, dado que la presión que ha tenido este organismo tras las continuas denuncias de este caso en los medios -uno de los primeros fue VIVA JEREZ, el propio cónsul visitó personalmente al jerezano para interesarse por su estado de salud. Tal como relata Loles, “se lo encontró en la cama y sin sábanas, con la infección que tiene; además -continúa- si no fuera por una monjita ni siquiera comería, porque allí se desentienden de todo”, denuncia indignada.

Más esperanzas
La esperanza ahora que en el Consulado empiezan a moverse se centra en conseguir el derecho de gracia, basándose sobre todo en la enfermedad que sufre su hermano. “No queremos que lo suelten a la calle, sino que nos lo traigan aquí a España para que se recupere y cumpla la pena aquí”, señala su hermana, que tiene claro que Martín sigue vivo ahora mismo gracias al seguro del Ocaso que ella tenía contratado y que ha permitido sufragar los gastos de los medicamentos para evitar que la infección, que en estos momentos afecta sobre todo a los pies, vaya a más.

El Obispado y Madre Coraje se vuelcan con el caso
Además de la hermana Mercedes y las personas anónimas que se han puesto en contacto con Loles desde que denunció el caso de su hermano, la familia de Martín nunca podrá agradecer lo suficiente al Obispado de Jerez y a Madre Coraje cómo se han volcado con este problema familiar, mediando con el Consulado para interesarse por el estado de salud de su hermano. Menos suerte han tenido con el Ayuntamiento de Jerez, ya que pese a recurrir a Bienestar Social, aún no han obtenido ninguna llamada para apoyarla en estos duros momentos. Para Loles, lo principal es que su hermano “esté aquí cuanto antes”, aunque aún es complicado dar una fecha para su regreso y que la solicitud del derecho de gracia llegue a buen término.