¡Olé los tribunales supremos!

Publicado: 24/09/2019
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Sacar a Franco del mausoleo era una obligación democrática
Este martes,  esa cosa tan distante  para los ciudadanos corrientes  - el “ordinary people” de los ingleses-, como el Tribunal Supremo,  tanto del Reino Unido como de España  han  dado alegrías a los ciudadanos tanto de sus majestades históricas   del Reino de España como a  los de   la Casa de Windsor.

Esta cursilería no es sino una muestra  del  contento por unas sentencias  que le dan la razón al pueblo sobre lo  que quieren los poderosos  y los que han pretendido  burlar su soberanía al Soberano, que nunca es el Rey,  sino el pueblo, del que emanan todos los poderes siempre en democracia. Lo dijo antes que nadie en “Educar al Soberano” el  educador y político argentino, Domingo Faustino Sarmiento en 1900.

No es nada habitual esa coincidencia de  que a la misma hora del mismo día dos tribunales tan distantes hayan dictaminado que el cierre del parlamento británico es contrario a derecho y que desenterrar de un monumento de culto a un dictador es ajustado a los deseos del pueblo español, dado que fue  votado en el parlamento  sin ningún voto en contra.  No ocupaban escaños  entonces en  el Congreso de los Diputados  los tardofranquistas de Vox, que añoran el recorte de derechos y la “Conquista,  que no  Reconquista” de un  Don Pelayo o un Cid Campeador. - como ahora subraya hasta Arturo Pérez Reverte- que nunca  existieron como ellos lo imaginan.

El cierre del Parlamento Británico se ha hecho ilegalmente,  han sentenciado los magistrados de la Corte Suprema del Reino Unido y   el presidente o speaker de la Cámara de los Comunes  -uno de los extranjeros más populares en España- John  Bercow, se dará el gusto hoy de abrir la sesión con su grito de orden “order, order, order” en todos los tonos  posibles,  pero lo significativo es que el poder legislativo le ha ganado la partida al ejecutivo abusivo e injusto que quiso acallar la voz del pueblo. La separación de poderes ha triunfado en la democracia más añeja del mundo.

En España,  el gobierno de Pedro Sánchez ya ha pasado a la historia. Sin más. Sacar al dictador  sanguinario Franco de un mausoleo honorífico era una obligación democrática. Cerrar las heridas de una guerra entre españoles - con la sombra de Hitler y Mussolini- era  una necesidad histórica. “Paz, Piedad y Perdón” suplicaba Azaña. Cierto. Necesario.  Pero  también con  justicia para las víctimas.

 

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