Facua ha puesto el dedo en la llaga señalando las enormes diferencias que se encuentran entre las marcas tradicionales y las marcas blancas
No son una novedad, pero ahora en crisis son las verdaderas protagonistas de la cesta de la compra. Las llamadas marcas blancas han acaparado el mercado, pero eso no significa que sean rentables. Las tradicionales, las marcas de toda la vida, han ido desapareciendo de los estantes de los supermercados como por arte de magia. La estrategia llevada a cabo por algunas cadenas muy conocidas ha sido obligar al consumidor a comprar su marca blanca. De hecho, hay algunos productos en estos supermercados en los que no existe más opción que ese producto que fabrica no se sabe muy bien quién y que cuesta, casi siempre, menos que el de toda la vida. Hoy las marcas blancas no son sólo para los yogures o servilletas. Están en todos los apartados de cualquier supermercado y han copado el mercado de tal forma que hasta se ha creado una plataforma de empresas tradicionales que se han visto destronadas porque en estos tiempos prima el bolsillo y pocos están dispuestos a pagar hasta un 300% más por una lata de atún, una salsa de cualquier tipo o pañales para bebé. Sin embargo, esta estrategia no siempre viene acompañada de beneficios. Unos supermercados han arrastrado a otros y finalmente casi todos tienen su propia marca. Pero, los que primeros lo hicieron están empezando a recular y no faltará mucho para ver de nuevo en sana competencia a tradicionales y marcas blancas.