¿El Xerez? Ete... guau
El juego iniciado por Joaquín Morales para la venta del Xerez, además de darle acento argentino, ha despertado no sólo todo tipo de inquietudes, sino un sinfín de preguntas a las que nadie quiere, ni puede, responder y que deja el futuro del club en una situación de incertidumbre que no por casi cot
Y aunque la cosa no estaría, en condiciones normales, para demasiados chistes, porque lo único claro en todo lo que respecta al Xerez es que tiene un futuro de lo más preocupante, tanto en lo deportivo como en lo institucional, como Joaquín Morales ha decidido hacer un esperpento de la entidad y dedicarse a reírse de todo el mundo, sólo cabe tomárselo si no con humor, sí con resignación cristiana, a tono con los tiempos navideños.
Pocas veces una persona ha logrado tomar el pelo tanto a una ciudad y pocas veces una persona ha logrado crear tantas dudas en este Jerez tan amigo de escándalos y polémicas. Y es que Joaquín Morales ha conseguido lo que parecía imposible, que todo el mundo se calle cuando se le pregunta por el Xerez. Se calle en cuanto a qué va a pasar, porque las opiniones personales que se tienen de él no sólo no cabrían en este espacio, sino que serían constitutivas de delito, porque menos bonito se oye de todo. Y eso que nadie entiende nada y, sobre todo, nadie entiende por qué no quiere vender el club.
En un momento determinado, Morales, con diez mil firmas en contra de su gestión, le dijo a la afición que ahí tenían el club y que se lo vendía por tres millones de euros. Así de simple y así de claro... si no fuera Joaquín Morales el que es, porque no sólo los aficionados estaban dispuestos a intentarlo, sino que incluso Bernd Schuster estaba dispuesto a dar esa cantidad para quedarse con el Xerez. Pero nada de nada, a unos y a otro les ha negado no ya la opción, sino incluso el respeto, al mentirles en la cara y a sus espaldas.
En la cara, al no cumplir con lo que se había comprometido; a la espalda, por engañarles descaradamente a todos antes y después de los contactos. Se rió de los aficionados al proponerles algo que sabía que no iba a aceptar porque, según ha dicho él mismo, ya estaba negociando con los argentinos --sean quienes sean-- y se rió del técnico alemán al asegurar que sólo habló con él quince minutos, cuando estuvo reunido durante horas y acompañado de un argentino del que decía que daba cinco millones de euros en lugar de tres. Es decir, se fue a una reunión para vender el club acompañado de otro ‘presunto’ comprador.
Un comprador que se supone ya tenía un acuerdo de compra del Xerez... pero el mismo jueves llegaban dos auditores argentinos a la sede azulina para... ¡ver las cuentas!. O los argentinos son demasiados confiados y cierran acuerdos a ciegas, sólo con la palabra de Morales como garantía, o aquí hay gato encerrado. Y sinceramente, me creo cuando me dicen que cuando se pasa por delante de la sede del Xerez se oye aullar constantemente.
Sobre todo porque después de tanta historia a día de hoy, y por la pinta en muchos días, el club oficialmente no está vendido y si se hiciera --que está por ver-- es para que Morales siga en el club, porque da la impresión de que lo que se busca no es vender, sino quitarse de la primera línea y dejar a un títere al frente.
Y siempre he defendido que quien compra una empresa, y el Xerez lo es, es libre de hacer lo que quiera, pero con sentido. Y si Morales no hace negocios en Jerez, si no puede no ya venir a tomarse un café sino a sentarse en ‘su’palco, para qué insiste en seguir. ¿Por qué no lo vende? ¿ Qué tiene que ocultar o quiere llevarse para seguir? Porque lo de los argentinos, ete guau, más que un corralito parece una encerrona a la afición.
El otro e injustificado miedo a la gripe A
Tanto hablar del miedo a la pandemia de la gripe A que al final se ha acabado convirtiendo en una paranoia para muchos. Esta semana ha muerto una joven de 28 años en el Hospital, pero en lugar de reconocerlo y aceptarlo, que es una forma de advertir que el peligro está ahí y que no se debe bajar la guardia, los responsables sanitarios lo ocultan y lo niegan hasta que la verdad les estalla en la cara. Hay que temer miedo a esta enfermedad, pero escondiendo la realidad sólo se crea más pánico.
Navidad en tres dimensiones
Dicen que este año, por eso de la crisis, se ha decidido repetir el alumbrado del pasado año con algunos retoques y que lo que se ha buscado es dar una sensación de tres dimensiones a las luces del centro. Nunca ha sido bueno con esos cuadros tridimensionales que esconden un dibujo dentro, pero por más que miro el alumbrado no veo más de una o acaso dos dimensiones. O me faltan las gafas que dan en el cine o me falta un par de catavinos para entender el 3D.
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