Bobadilla Estación sigue celebrando su 150 cumpleaños. Una fecha para memorar la llegada a este punto de la comarca de Antequera el ferrocarril, creando a su alrededor un municipio que nació y vivió durante muchísimos años del tren.
Ahora, muchos años después, la asociación ‘El Raspilla’ se ha encargado de organizar numerosas actividades que tuvieron, en el pasado fin de semana, su culmen. Así pues, el sábado a eso de las 12 de la mañana dio comienzo un pasacalles donde todo el pueblo se echó a la calle para verlo o para formar parte de él, eso sí, todos ataviados de época.
En el pasacalles no faltó nadie. La comitiva la abrían cuatro caballos con sus correspondientes jinetes. Eran ellos los encargados de ir avisando a todos los vecinos de que el pasacalles llegaba.
Tras de sí iba todo un pueblo caracterizado de época a los que no les faltaba detalle: bolsos, sobrillas de encaje, abanicos pintados, tocados, chaqués en los más acaudalados y zapatos de esparto y herramientas de campo para los labradores. Incluso lo más pequeños se apuntaron a este pasacalles, recorrido que hicieron cogidos de las manos de sus padres o jugando con caballitos de madera, hulla hoops, e incluso jugando con muñecas de porcelana.
El pasacalles fue solo el inicio del día, pues a su término les esperaba un ‘teatro en la calle’, en especial, en la explanada de la estación. A la hora de comer, llegó el momento de la degustación de las ‘Ollas Ferroviarias’ en los diferentes bares del municipio, junto con la ruta de tapas ‘kilométricos’ que llevaba, con éste, dos fines de semana funcionando. El cierre de la noche y de las fiestas fue la verbena popular nocturna donde los vecinos pudieron disfrutar de la música del grupo ‘Trío Ébano’.