La madrugada del domingo al lunes, alrededor de las 00:00 horas, se recibieron llamadas de alerta desde Tarifa Tráfico, informando que una mujer había comunicado la desaparición de su pareja, quien había salido a practicar kitesurf en la playa de Barbate y no había regresado. La mujer indicó que su pareja había estacionado su vehículo en la explanada junto al chiringuito Flamenco Beach.
Dos agentes de la Policía Local de Barbate se dirigieron al lugar indicado y confirmaron que el vehículo se encontraba allí. Informaron de inmediato a la jefatura, que sugirió la posibilidad de que el surfista hubiera salido por la playa del Botero. Los agentes se dirigieron a dicha playa, situada a continuación del río Barbate, y comenzaron a patrullar a pie por la orilla.
Durante su recorrido, los agentes escucharon gritos provenientes del mar. Sin dudarlo, uno de los agentes, que se encontraba en prácticas, y su compañero caminaron a oscuras por el espigón de piedras en la desembocadura del río Barbate, logrando escuchar con mayor claridad los gritos y estableciendo comunicación a través de ellos.
En ese momento, los agentes llamaron a Salvamento Marítimo para iniciar el rescate. Con la colaboración de una patrulla de la Guardia Civil, lograron avanzar más, a pesar de la dificultad que suponía el mar cubriendo las rocas del espigón.
Finalmente, y con la ayuda de linternas, tanto la Policía Local como la Guardia Civil indicaron a Salvamento Marítimo la zona exacta donde se encontraba el surfista, logrando llegar al punto donde se encontraba.
El surfista, visiblemente agotado y con una voz que denotaba angustia, fue rescatado con éxito. Los agentes expresaron su preocupación durante el rescate, ya que en ningún momento lograron ver al surfista, lo que aumentaba la tensión de la situación.
Gracias a la rápida actuación de los agentes y la colaboración de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil, se logró un final feliz para lo que pudo haber sido una tragedia en la costa de Barbate.
