Arroz con sieso de pollo. Que me estoy quedando calvo, arroz con sieso de pollo. Que crees que eres más fuerte que yo, arroz con sieso de pollo. Que tu coche es el mejor, arroz con sieso de pollo. Que la rotonda de la Plaza Inmaculada mola, arroz con sieso de pollo. Que estamos saliendo de la crisis, arroz con sieso de pollo. Que casi marca tu equipo de fútbol, arroz con sieso de pollo. Me encanta esta coletilla. Y es que a pesar de llevar tantos años respirando, viviendo y enamorándome en este el mejor pueblo del universo y del mundo mundial, la escuché por vez primera el pasado sábado, durante un encuentro de fútbol entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona. Como era en un canal de pago, y yo no tengo un duro, pues acudí a mi actual bar de cabecera, el Avenida (junto al Manteca y al Bar Europa y la Esquinita y al Patilleja, y al Camarón y al Club Deportivo el Atún, y al… ¡joder cómo me gustan los bares!, mejor me callo que pensará el lector que soy un borracho en fase de depresión). Acudí, como ya he mencionado ,al Avenida y no porque me caigan bien los encargados del mismo (no los puedo ni ver), ni tampoco sus clientes (en realidad les odio a todos), pero me pilla cerca de casa y eso es un aliciente sobre todo para alguien como yo, al que le pesa el culo en exceso.
En fin, pues durante la retransmisión del partido, cada vez que se creaba una jugada de peligro en el área del Barça, desde una esquina de la barra alguien gritaba: ¡Arroz con sieso de pollo! Y se partía el alma de la risa. Al principio no supe qué demonios decía, ¿arroz con qué? ¿con choco de pollo? Y como a pesar de tener un servidor más defectos que virtudes, entre las últimas está la curiosidad. Me gusta saber o al menos lo intento, y para eso dios o el demonio inventó las preguntas.
Al concluir el encuentro me acerqué al hincha del atlético que había proferido la frase ¡arroz con sieso de pollo! Le pregunté directamente qué es lo que decía, y claro, lo del sieso ayudó a que llorase a carcajadas. Para quienes quieran saber más, el cliente era el Melena, gran comparsista y enciclopedia andante del Carnaval gaditano. Luego me aclararon entre él y varios clientes, compañeros de barra y de charlas con nocturnidad y alevosía, cuándo y para qué se usaba esa frase, por lo que agradecido les dije que la misma sería protagonista de un nuevo artículo en Viva Barbate.
Y como buen caballero y cumplidor que soy, ‘¡arroz con sieso de pollo!’ forma parte de este texto que está ahora en sus manos. Y es que por pequeños destellos como este, por pequeñas lecciones diarias, por la idiosincrasia que me rodea, por poder comprar un choco de dos kilos y medio, por poder meterle mano a unos erizos de mar, por poder contemplar día sí día también los paisajes que nos rodean, y, sobre todo, por su gente y sus personajes, por la curtida piel marcada por mil y una historia, me encanta este pueblo, no lo puedo remediar… Me pasa como al buen enamorado, me tiran más sus virtudes que sus defectos, que haberlos haylos, como ocurre en cualquier esquina del mundo, en cualquier esquina del universo, en cualquier ser humano que se precie de serlo. Pero hoy toca hablar de virtudes, quizás mañana denunciaremos esos defectos que sólo evitaremos el día que nos unamos un poco más, el día que gritemos todos al unísono, sin mirar parentescos, ni afiliaciones políticas, pero eso es otra historia. Lo importante es lo que cada día aprendo aquí, lo que cada día me enseña esta comunidad de vecinos. Lo importante es que desde ya, si alguien me dice que su pueblo le da mil vueltas a Barbate, a partir de ahora ya sé cuál será mi respuesta: ¡Arroz con sieso de pollo, so tonto!