Aunque el
alma mater del Congreso Internacional de la Lengua fue el periodista Fernando Santiago, Diego Calvo, presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, (APC), nunca puso peros a un reto que se ha hecho realidad, independientemente de que las circunstancias hayan precipitado esta gesta por la delicada situación de Perú.
El desafío es todavía mayor, mayúsculo, pero en la APC han puesto toda la carne en el asador para estar a la altura. Y vaya si lo están consiguiendo, aunque casi no se crean que ya es oficial. “Parece mentira que después de tres años -desde antes de la pandemia que tuvimos la idea-, ya haya llegado por fin el día que se haga realidad, con muchísimo trabajo, pero también con muchísima ilusión y muchas ganas de disfrutar estos días”, cuenta a 7TV Cádiz.
El papel de la APC, con Calvo a la cabeza, ha sido crucial, especialmente, tal y como destaca, en la semana previa, ambientando la ciudad con el precongreso. “El propio congreso trae muchísima actividad académica y complementaria, y se trataba también de crear ambiente. Queríamos crearlo durante tres años hasta 2025, como no ha podido ser, lo hemos concentrado todo en unas pocas semanas, pero hemos conseguido tener aquí unas ponencias muy interesantes sobre periodismo con “Periodismo con Ñ”, explica para referirse a las jornadas con las que la APC ha viajado a Tànger y Tetúan, y que la pasada semana en Cádiz abrió la periodista Lidia Cacho. Una iniciativa que se ha desarrollado mientras paralelamente animaban a la ciudadanía “a que viva el congreso, como algo suyo, con sus palabras en los balcones, con sus ideas, con sus propuestas, y no como algo que vienen una serie de académicos y hablan de sus cosas y nadie se entera”.
Se refiere a una de las iniciativas más singulares paralelas al CILE y promovida por la asociación, con el respaldo de Zona Franca, una defensa a las palabras genuinas de Cádiz en toda regla. “Las palabras son los ladrillos de los periodistas, con los que construimos cada día nuestro trabajo, ya simplemente con que sea español perfecto y evidentemente al ser en Cádiz hay que reivindicar lo de aquí y creo que ha sido una de las cosas que más me ha motivado, que ciertas palabras que se podían ver un poco vulgares o populares, hayan tenido aquí protagonismo. Lo reivindicamos con orgullo. Hemos tenido éxito en nuestro empeño en que fuera una cosa del pueblo y no solo una cosa científica académica”.