Hace justo un año, unas 1.700 personas trataron de cruzar de Marruecos a España por el puesto fronterizo de Barrio Chino de Melilla. El suceso se saldó con la muerte de 37 de ellos. Otros 76 siguen desaparecidos. Este sábado, más de 300 organizaciones convocaron una concentración en memoria de las víctimas en la ciudad autónoma.
En Cádiz, APDHA, Cardijn, Voluntarios por otro Mundo, Red de Acogida del Puerto de Santa Mª, La Red de Apoyo a Inmigrantes Jerez-Dimbali, Mujeres del Mundo Conil, Comunes de Conil y Mujeres y Derechos Sociales hicieron lo propio con una protesta frente a la Subdelegación del Gobierno. Tanto a un lado como al otro del Estrecho, en Melilla y en la capital gaditana, los manifestantes reclamaron, además, justicia.
El 23 diciembre de 2022, la fiscal de Sala Coordinadora de Extranjería, Beatriz Sánchez, archivó las diligencias sin exigir una investigación. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por su parte, “no ha querido dar la cara ni asumir responsabilidades” políticas, lamenta Francisco Cuevas, portavoz de la Coordinadora Provincial Cádiuz Acogida Digna, en declaraciones a 7TV. Cuevas considera a Grande-Marlaska “cómplice en toda esa matanza” de hace un año “con el Reino de Marruecos”. Por ello, los convocantes de las protestas reclaman el cese del ministro del Interior y su eliminación de listas electorales en las próximas elecciones generales del 23 de julio, a las que concurrirá como cabeza de cartel del PSOE de Cádiz.
En el comunicado, las asociaciones demandan, igualmente, “la concesión inmediata de protección internacional para todas las personas sobrevivientes de la masacre, así como el traslado a España de Basir, uno de los supervivientes de la masacre, solicitante de asilo y que tras denunciar vía judicial su caso, sigue sin poder salir de Marruecos”. También piden “la puesta a disposición de las familias de las víctimas de los mecanismos necesarios para la búsqueda de las personas desaparecidas, y para la identificación y recuperación de sus cuerpos”. Y un giro en la política migratoria. Cuevas advierte, al respecto, que se ha militarizado la Frontera Sur por una “Europa rica, inhumana, racista y reacia con las personas que vienen a buscar se la vida”.