Ante unas 30.000 personas que se reunieron en la explanada del Foro Itálico de Palermo, el Papa celebró una misa y dedicó palabras de aliento a los sicilianos.
“Sé que en Palermo, como en toda Sicilia, no faltan dificultades, problemas y preocupaciones, pienso en los que
viven en condiciones de precariedad, a causa de la falta de trabajo, de la incertidumbre por el futuro y del sufrimiento físico y moral a causa del crimen organizado”, explicó.
A ellos, el Papa les mostró su “cercanía” y les instó “a no tener miedo de testimoniar con claridad los valores humanos y cristianos tan profundamente radicados en la fe y en la historia de este territorio y de su población”.
El Pontífice invitó a los palermitanos y a los sicilianos en general “a adherirse a la fe de manera generosa, incluso en medio de las dificultades y de las persecuciones”.