Fue hace justo 40 años. Yo era un chaval de sólo 18 que ya admiraba aquellos primeros coros tuyos. Dimos un ensayo familiar conjunto en la residencia El Tiempo Libre. Tú llevabas Olé gaditano y yo la chirigota TBO. Aquella noche nos conocimos y ya nos planteamos sacar un coro juntos.
Luego, ese verano, coincidimos en un festival en la plaza de Toros de Algeciras. Y ya lo sellamos con un apretón de manos. Juntos, para nadar a contracorriente, nacieron Plaza de Mina, La Viudita Naviera, Watussi, Faltan dos pal 92 y La Jaima. Y conseguimos ganar por dos veces seguidas con un coro mixto. Hito histórico. Y fuimos felices, aunque alguien se empeñase en que no. El coro se ganó su sitio en el Falla y en la calle. Era irreversible.
Demostraste que podían salir, parejas, familias cantando juntas. Las mujeres te tomaron de ejemplo y siguieron ese camino para siempre. Y sus hijos e hijas vivieron en los ensayos la mejor escuela de carnaval que nadie podría soñar. Aún hoy entre mis filas están algunos de esos niños que ya crecieron.
Y te llegaron los reconocimientos: un Antifaz de Oro una calle, ser Hija Predilecta de la ciudad. No puedo ahora tener alivio para tu dolor, sólo pedir que el Nazareno, al que tanto le cantamos en aquella calle Santiago, cuide de ti. Y reverdecer estos recuerdos de esos tiempos tan felices. Te quiero, Adela.
