Adrià pasó ayer por San Sebastián Gastronomika y, tras su clase maestra al público reunido en el Kursaal donostiarra, dijoen una entrevista a Efe que su “misión” y la de su equipo será “crear”.
Y es que con El Bulli transformado se acabará el concepto de restaurante y nacerá un espacio a modo de taller para la experimentación, un “sueño hecho realidad” para alguien siempre dispuesto a ir más allá y que huye de lo previsible.
“Estamos preparando un escenario donde el 99% será la libertad creativa. Habrá años en los que todo el equipo se puede ir a Japón dos meses”, destaca el cocinero, que reconoce que necesitarán un “feed-back”, a alguien que sea testigo de lo que hacen, lo pruebe y lo cuente.
Aunque de la labor de difusión a gran escala se hará cargo internet, que llevará diariamente la labor de su equipo a millones de personas del mundo entero, todo un estímulo para este restaurador, considerado uno de los mejores cocineros del mundo.
“Hemos decidido que sea así porque, si no, nos podíamos relajar. Va a estar colgado a tiempo real y nos encanta esa presión creativa. Va a ser como estar en un plató”, afirmó.
Será un trabajo canalizado desde una fundación privada, que no esconde nada. Su socia Juli Soler y él no la han creado para evadir impuestos, precisó, sino porque les ha “apetecido” que sea así.
“¿Quién vendrá? ¿Cuándo? Me da igual. Iremos viendo y cada año será diferente. Si salimos del restaurante es para salir de la cocina, nos iremos reinventando”, añadió Adrià, al que no le preocupa que después le copien la idea, porque se han embarcado en esta aventura “para compartir”.
El Bulli, el actual, dirá adiós el 30 de julio del próximo año, pero él insiste en que no se cierra, únicamente “se transforma”, de la mano de las nuevas tecnologías como soporte y con la incógnita de lo que depararán en los próximos tres años.
“No sabemos cómo van a ser los nuevos ordenadores”, dijo Ferran Adrià, al que su acuerdo con Telefónica le va a permitir estar en contacto “con el I+D del I+D” de esta empresa, los técnicos que tratan de averiguar ya lo que ocurrirá dentro de unas décadas.
Lo que sí tiene claro es que “el futuro de la cocina creativa es talento creativo”. “Ni tendencias ni nada. Eso es para adornar y seguir hablando. Si surge un talento bestial creativo en Hungría, ese país será importante para la gastronomía”, añadió.
El cocinero catalán advierte de que no esconde ningún secreto y dice que de El Bulli del futuro ya está todo dicho y que lo que hará en enero en Madrid Fusión es ilustrar con imágenes lo que ya se conoce.
Es consciente del interés que suscita fuera y dentro de la profesión, se considera un privilegiado, pero también piensa que “la gente necesita descansar de Ferran Adrià”, que en los próximos dos años orientará su labor divulgativa fuera de España.
Los asistentes al congreso, compañeros de profesión de toda España, siguieron fascinados su ponencia, y eso le da una gran satisfacción.