Organizaciones de mujeres se han unido para pedir el fin de su impunidad.
Varias organizaciones de mujeres se han unido para pedir el fin de la impunidad del “prostituidor” por considerar que sólo castigando el consumo de prostitución se acabará con esta forma de esclavitud y degradación de la mujer.
Como primera medida apuestan por cambiar la palabra “cliente” por la de “prostituidor” puesto que “el lenguaje sirve para dar significado a las cosas y la palabra cliente normaliza un negocio de esclavitud e invisibiliza a los verdaderos responsables de la prostitución”.
Además, piden medidas específicas de penalización del prostituidor y del “intermediario”, considerado como tal todo aquel que se beneficie de la prostitución, incluidos los propietarios de bares o locales que sirven de lugar de encuentro para una “supuesta prostitución libre”.
Se trata de que la sociedad “deje de mirar hacia otro lado y de considerar normal la prostitución”, explicó ayer la presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, Susana Martínez Novo, en conferencia de prensa.
La Comisión ha organizado una conferencia sobre “La penalización del prostituidor en Europa” en la que se presentará un informe elaborado por el Parlamento francés con un estudio comparativo de las legislaciones europeas en esta materia y sus resultados.
La portavoz del informe y delegada para Europa de la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres, Malka Marcovich, señaló que, en Europa, “todas las leyes caminan hacia la criminalización del cliente, y están funcionando”.
Así explicó que en Suecia, la trata ha disminuido en un 80 por ciento desde que se pusieron en marcha políticas de disminución de la demanda y de represión del prostituidor; por contra, la reglamentación de la prostitución en Holanda ha resultado en un “aumento preocupante” de la misma.
Elaborado por una comisión interpartidista francesa, el informe detalla que el prostituidor tiene por lo general entre 30 y 50 años; que uno de cada dos está casado o tiene una relación de convivencia, y cerca del 40 por ciento tiene hijos.
“Es cualquier varón de todas las edades, clases sociales y niveles culturales o económicos; es nuestro padre, nuestro hermano, nuestro compañero o marido, nuestro novio, nuestro amigo, que acude a la prostitución como forma de relacionarse con las mujeres”, dice el informe.
De hecho, en España, el 40 por ciento de los varones de entre 17 y 60 años acude a la prostitución y el 99 por ciento es demanda masculina.
Así, el hombre que acude a la prostitución lo hace “porque necesita espacio donde seguir imponiendo su voluntad, donde sentirse con todo el poder sobre la otra persona, donde seguir sometiendo a las mujeres sin ningún cuestionamiento”.