En una conferencia de prensa celebrada ayer, el presidente de la SEC, Carlos Macaya, junto con Antonio Fernández, secretario de la sección de cardiopatía isquémica y unidades coronarias de la SEC, explicaron que si el paciente de IAM logra ser intervenido con una angioplastia primaria en el tiempo adecuado, sus posibilidades de supervivencia son del 95 por ciento.
“La buena coordinación del sistema sanitario de cada comunidad autónoma resulta esencial para la supervivencia, pues el intervalo de tiempo que transcurre desde que la paciente sufre un IAM hasta que se le abre la arteria obstruida mediante una angioplastia primaria no debería superar los 90-120 minutos”, explicó Fernández.
Respecto a la Comunidades Autónomas, aquellas que ya cuentan con una red asistencial establecida para el tratamiento del infarto de miocardio son las que han presentado una mejor respuesta en cuanto al acceso a la angioplastia primaria.
Por orden, Navarra (410), Murcia (363), Galicia (331), Cataluña (324) y Baleares (294) han llevado alrededor de 300 intervenciones de angioplastia primaria por millón de habitantes a lo largo de 2009.
Por el contrario, La Rioja (0), Comunidad Valenciana (122), Asturias (123), Andalucía (123) y Aragón (124) son las comunidades donde menos angioplastias por millón de habitantes se realizaron en 2010.
La media española de angioplastias primarias practicadas por millón de habitantes en 2010 (225), “sigue siendo una cifra deficiente en comparación con la media europea”, opinó Fernández.
En España, de las 70.000 personas que sufren un infarto agudo de miocardio cada año, unos 20.000 pacientes no consiguieron sobrevivir a este episodio cardiaco.
Macaya, quien recordó que el IAM es la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres en todo el mundo, ha querido subrayar que la angioplastia primaria es la técnica más recomendada para el tratamiento del IAM, “siempre que se realice en las condiciones adecuadas y con rapidez”.
La técnica consiste en tratar la obstrucción de arteria coronaria mediante la aspiración del trombo y la implantación de un stent (una especie de malla metálica) que resuelve la estrechez existente.
“Es muy importante que las comunidades autónomas cuenten con una estructura que permita a los pacientes con IAM tener acceso a una angioplastia primaria practicada de manera temprana”, según Fernández.