Así se mostró en la presentación de la Guía consensuada de salud en Adopción Internacional promovida por la asociación de familias adoptantes CORA y avalada por la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap).
Según explicaron en rueda de prensa la directora general de las Familias y la Infancia del Ministerio de Educación, Amparo Marzal, España sigue siendo el segundo país en número absoluto en adopciones internacionales, aunque entre 2004 y 2007 éstas han bajado un 18%.
Las razones de este descenso residen en las dificultades puestas por algunos países como Rusia o Nepal y las bajadas en el número de adopciones internacionales desde China y Colombia. Sin embargo, estas circunstancias “no han mermado el interés de las familias españolas en adoptar” y la demanda ha aumentado al pasar de 9.878 solicitudes en 2005 a 11.843 en 2006, explicó Marzal.
Jesús García, jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús de Madrid, explicó que la mayoría de los niños adoptados en otros países llegan en buen estado de salud y solo el 5% requiere exploraciones más exhaustivas en el hospital.
En la mayoría de los casos se trata de niños procedentes de Rusia, cuyos informes médicos contienen patologías que finalmente no existen “porque las leyes de ese país sólo permiten la adopción internacional a niños con alguna enfermedad”, afirmó.
Entre las afecciones más comunes detectadas en atención primaria figura el retraso leve en el desarrollo de peso y talla. “Cada año de orfanato repercute entre tres y seis meses de retraso”, aseguró García, quien atribuyó estas disfunciones en el crecimiento no solo a carencias nutricionales sino a la falta del vínculo afectivo.