La vuelta al cole también se daba durante la jornada de ayer para las monitoras administrativas gaditanas, que con una nueva concentración frente a la Delegación Territorial de Educación de la Junta de Andalucía, al igual que las trabajadoras del resto de capitales andaluzas, volvían a reivindicar lo que por justicia les pertenece y que no es otra cosa que la readmisión en sus respectivos puestos de trabajo en los centros públicos andaluces en donde hasta hace bien poco desempeñaban su labor.
Así, unas 60 personas se concentraban desde las 11.30 horas de ayer frente al gaditano edificio de Educación en la plaza de Mina, esgrimiendo una pancarta con la leyenda “Monitor@s en lucha, explotad@s, impagad@s, despedid@s. Pedimos reconocimiento y homologación” y coreando lemas reivindicativos y cantando, bombo y megáfono en ristre, unos cuplés que, usando la música de los de Las Momias de Güete, no dejaban títere con cabeza en lo que a los mandamases de Educación de la Junta de Andalucía se trata.
Al fin y al cabo se cumplen dos meses desde su despido o la no renovación de demanda de sus servicios por parte de la Junta. Los días pasan y 92 de estos trabajadores y trabajadoras en 132 colegios de Cádiz y cerca de un millar de monitores y monitoras en Andalucía que prestaban hasta hace bien poco sus servicios en 1.031 centros públicos distribuidos por lo largo y ancho de la región van perdiendo la paciencia en la misma medida que crecen sus reivindicaciones.
A Esther Porquicho, portavoz de las monitoras gaditanas, ya deja entrever cierto desánimo en el tono de su voz pese a que la consejera de Hacienda y Administración Pública de Andalucía, María Jesús Montero, afirmaba el pasado viernes en su cuenta de Twitter que “A todo el colectivo de monitores de educación que me mencionan trasladarle la voluntad del gobierno de buscar encaje legal a su situación”.
Y la razón no es otra que el consejero que tiene que pronunciarse contundentemente es Luciano Alonso, pero las fechas pasan y los juicios en Cádiz están a la vuelta de la esquina,dentro de tres semanas mal contadas, sin que una solución clara otorgue la calma que se merece este colectivo de monitoras de colegios públicos de Andalucía.