La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer que el Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Movilidad Sostenible, con el fin de fijar un modelo de bajo consumo energético y que mejore el medio ambiente. 

De la Vega destacó que ha sido elaborada esta estrategia debatida tanto dentro como fuera del Gobierno y, por lo tanto, es “consensuada” y elaborada para toda la sociedad. 

La Estrategia lo que hace es analizar, en primer lugar, el impacto del transporte interurbano, urbano y metropolitano, y a partir de ahí, según la vicepresidenta, expone las perspectivas de la movilidad hasta el 2020 y plantea las acciones a las que se puede recurrir para que “nuestros sistemas de transporte avancen hacia la protección del medio ambiente”. 

De la Vega comentó que son 48 medidas, de las que destacó que se va a fomentar las redes peatonales, los itinerarios ciclistas y el uso de los vehículos eléctricos o híbridos. 

También se van a promover más infraestructuras reservadas al transporte colectivo de viajeros, como los carriles bus, se va a desarrollar una red ferroviaria de altas prestaciones y se piensa dar “un espaldarazo” a la red de Cercanías, al tiempo que potenciar el transporte marítimo de corta distancia. 

De la Vega calificó esta Estrategia como la herramienta que España necesitaba para avanzar hacia “un modelo económico y social más equitativo, razonable y más sostenible”. 

La Estrategia ha sido elaborada de forma conjunta por un grupo de trabajo interministerial presidido por los directores generales de Planificación (Fomento) y de Calidad y Evaluación Ambiental (Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino), con la coordinación de la Oficina Española de Cambio Climático. 

A través de esta actuación se realiza un diagnóstico sobre los aspectos más significativos del transporte de todo tipo en España, y todos sus posibles impactos (consumo energético, emisiones de gases de efecto invernadero y congestión, entre otras). 

Se consideran cinco áreas de acciones en las que puede trabajarse para tender a una movilidad sostenible, como, por ejemplo, el territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras, el cambio climático y la reducción de la dependencia energética. 

También se actuará en la calidad del aire y ruido, en la seguridad y salud, y en la gestión de la demanda. 

Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y basándose en criterios de equidad y de reparto justo de la riqueza, la Estrategia Española de Movilidad Sostenible apuesta por acudir a fórmulas voluntarias de actuación conjunta, con implicación activa de agentes sociales, instituciones, empresas y ciudadanía en general.